El reencuentro con el deporte, ya sea mediante su práctica o la literatura, es pasión. Por ello, muy enaltecedor resultó, en la mañana de este domingo, la presentación de cinco libros relacionados con béisbol, judo y atletismo, en los que Cuba posee una constelación de monarcas olímpicos, mundiales y del continente americano.
Los haces de numerosos entrenadores y atletas que brillaron con luz propia llegaron a la ciudad de Matanzas con la XXXII Feria Internacional del Libro. Entre ellos destacó el finado Ronaldo Veitía Valdivia, considerado el padre o arquitecto del judo femenino cubano.
Su hidalguía lo convirtió en el mejor del mundo en su especialidad, y sus lauros lo hicieron merecedor del reconocimiento y cariño de su pueblo.
Devino formador de mujeres integrales, desde la belleza femenina y cómo mantener su imagen natural, hasta la fortaleza social que las hacía genuinas, grandes, en cualquier escenario..
Esa condición de padre, mentor, consejero, exigente y ejemplo, lo llevó a la cúspide en el mundo, por lo que muchos piensan que tendrán que pasar siglos para su repetición. Su historia está bien escrita y el libro refleja todo su potencial humano.
Por otra parte, la profesora Olga Lidia González Monguía, especialista del Museo Palacio de Junco, nos acerca a una atractiva historia matancera con su texto Doscientos años del Palmar de Junco. Nos habla de épocas anteriores al histórico y primer juego oficial de béisbol en la Mayor de las Antillas, acaecido el 27 de diciembre de 1874; hechos que, unidos al conocimiento que se adquiere sobre el deporte nacional, atrapan al lector desde la arrancada hasta el punto final.
De igual forma, Huelga, estrella fugaz, de la autoría de Osvaldo Rojas Garay, con un lenguaje cronicado nos adentra en la vida del lanzador José Antonio Huelga (Sancti Spíritus), a quien el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz lo nombró el Héroe de Cartagena, debido a una de sus históricas actuaciones desde el montículo. El escritor no solo describe sus inmensas facetas como gallardo serpentinero, también realiza un recorrido por cuanto entregó como persona.
Otro de los volúmenes presentados en esta jornada fue Yipsy Moreno, la furia de Agramonte, de Liliam Cid Escalona, el cual nos ofrece una imagen real de esta valerosa deportista que tanta gloria alcanzó como lanzadora de martillo, incluidos tres títulos mundiales, y medallista en las Olimpiadas de Atenas, Grecia, 2004. Expone curiosidades como su marca de 76,62, la cual estuvo entre las mejores del orbe; así como su distintiva forma de lanzar, porque dialogaba con el implemento antes de enviarlo lo más lejos posible. Anécdotas, situaciones personales y cuánto le costó transitar por lo más alto del firmamento atlético durante tantos años de consagración al deporte.
Durante la cita literaria, los amantes del deporte pudieron conocer además, sobre el quehacer de Franger Reynaldo Balbuena, quien acumula una meritoria carrera como profesor de diferentes generaciones de peloteros cubanos, en particular, de las provincias orientales, sobre todo de su natal Santiago de Cuba, aunque también dirigió equipos de Las Tunas y Guantánamo. Se le considera uno de los principales conocedores del apasionante deporte nacional. Su libro Del béisbol casi todo perfecciona cualquier enseñanza al respecto.
La obra de la judoca Estela Rodríguez Villanueva es un ejemplo aleccionador del sacrificio que requiere una mujer para llegar a lo más alto de este arte marcial. Devino primera titular mundial de Cuba, incluido el sexo masculino. Ocurrió en Belgrado, Yugoslavia, 1989. Participó en dos Olimpiadas: Barcelona-1992 y Atlanta-1996; en ambas ocasiones obtuvo medalla de plata. Todo ello motivó al escritor Cándido Ruiz Agüero a concebir su libro Estela Rodríguez Villanueva, el ébano del judo femenino cubano, con una descripción tan certera como las proyecciones de la atleta sobre el tatami.
Al exponer cada uno de estos libros, la profesora Olga Lidia aseveró que resulta muy importante porque equivale a recordar figuras emblemáticas del deporte cubano. Y, aunque algunas ya no están físicamente entre nosotros, es nuestro deber tenerlas en la memoria. “La historia de los que han representado al país en los diferentes eventos siempre tiene que estar entre todos los cubanos”.
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