Una lectura demasiado normal

Reseña Literaria: Una lectura demasiado normal

“Marianne y Connell son compañeros de instituto, pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas”.

Gente normal, de Sally Rooney, es una lectura entretenida. La historia engancha desde las primeras páginas, pero no cambia la vida como aseguran todas las citas de los críticos. Es un libro más, no es original, aunque esté muy bien logrado. Su mayor valor radica en el cómo Rooney consigue llevar un relato tan común a algo tan intimista. A pesar de no ser brillante, con un ritmo muy bien marcado, personajes profundos y saltos temporales que hacen conectar y desear saber qué ha pasado, es sin dudas una lectura que vale la pena mirar. 

Publicado en 2018, cuenta la historia de Marianne y Connell. Ambos son adolescentes, con sus luces y sus sombras, emprendiendo el duro viaje que es la vida. Mantienen un hilo conductor que impide su separación absoluta, aunque sigan caminos diferentes. Tienen otras parejas, cambian de amigos, viven otras experiencias, pero siempre terminan volviendo el uno al otro.

En la búsqueda de estabilidad emocional, a veces pareciera que solo necesitan un recordatorio de que, en efecto, son normales. Llevar una vida común conlleva también una vida difícil y tediosa, mensaje que sin lugar a dudas la autora ha querido plasmar en ejemplos tan sencillos como que el diálogo carezca de guiones, simbolizando lo caótico y desordenado.

Gente normal, de Sally Rooney
Gente normal, de Sally Rooney

Además, la novela da saltos muy grandes en el tiempo, de manera constante, lo que ayuda a evidenciar la idea de que todo sucede deprisa. Se tratan temas como la soledad, la pérdida o la incertidumbre, con sutileza, sin insultar la inteligencia del lector, aunque este pueda ser joven.

Contado en presente, la voz del narrador va cambiando de un protagonista a otro, de forma que hay momentos donde no se es consciente sobre qué está pasando. Sin embargo, a la vez, gracias a ello, se conocen en profundidad los pensamientos, sentimientos e inquietudes de los protagonistas.

Cabe resaltar la increíble capacidad de la autora para construir personajes tan reales, tan perdidos y tan simples o complejos, como lo puede ser cualquier persona. Una historia sin villanos ni héroes; sin personajes perfectos, pues Marianne y Connell son inseguros, cometen errores, en muchos pasajes consiguen sacarnos de nuestras casillas, hacen daño, sufren, mienten; en fin, son humanos.  

No obstante, la obra también tiene aspectos negativos, puede que el que más resalte sea el gran potencial que Rooney deja sin aprovechar. Los protagonistas destacan por una inteligencia que, si bien no luce pretenciosa, la autora usa para abordar temas sin penas ni glorias. El suicidio, la salud mental, la política, el machismo; todos son asuntos que se mencionan con ánimo de un algo más que al final nunca llega, y es ahí cuando contemplas que lamentablemente el potencial no es exprimido como realmente merece.

Se pueden extraer dos ideas atemporales. La primera está muy bien recogida en la contraportada: “Nuestras relaciones son una conversación a lo largo del tiempo. Nuestros silencios, lo que las define”. La segunda es que el amor exige desencuentros y es en la distancia donde se reconoce el vacío de la pérdida. 

La autora construye un relato poderoso que no está hecho solo de argumentos, tramas y sucesos, también de palabras. Una escritura casi desprovista, que contribuye a crear una atmósfera absorbente, a provocar ese estado de agitación íntima que acompaña al lector durante su viaje. De alguna forma, al desnudar el texto de artificios, desnuda también el alma de los protagonistas. El resultado es una inmersión en nuestro interior que no nos deja indiferentes.

No se trata solo del romance de dos chicos en el instituto, más bien, es un libro de aprendizaje, crecimiento, de enfrentar miedos. Esto es lo que convierte a Gente normal en un libro frustrante y humanizante a niveles iguales, porque a raíz de sus personajes consigue mostrar la más auténtica de las realidades.

El problema, no obstante, es que la narrativa queda reducida a esto, a dos personas codependientes que se mantienen conectadas a lo largo de los años, lo que no agrega nada nuevo. Curiosamente, el libro se lee solo aunque nada de lo que suceda nos mate de curiosidad, tal vez la propia normalidad nos hace seguir leyendo; sin embargo, pese a la total sinceridad de su título, se echa en falta, precisamente, que no sea “normal”.

Una historia de rarezas, sí, pero aun así bella, profunda, dolorosa y sensible. En ella se retrata a una generación, un descarnado viaje a la complejidad de los sentimientos, a la construcción de la identidad personal, un análisis certero de las contradicciones y de la potencia vital de la juventud. Un viaje que sumerge en un pozo de melancolía, como cuando ese entrañable amigo que nos ha visitado parte de nuevo y nos deja con la nostalgia de los recuerdos compartidos. 

SOBRE LA AUTORA

Sally Rooney nació el 20 de febrero de 1991, en Castlebar, Irlanda; hija de Marie Farrell, directora de un centro de artes, y de Kieran Rooney, trabajador en la empresa de comunicaciones Telecom Éireann. Estudió inglés en el Trinity College Dublin. Además, tiene un máster en Literatura Norteamericana. Durante sus años como estudiante ganó ligas de debate y oratoria, donde obtuvo la distinción de debatiente competitiva número uno en Europa a los 22 años. Escribió su primera novela a los 15, a la que describió como “basura absoluta”.

Sally Rooney
Sally Rooney

Actualmente, es una autora best seller. Antes de esto, escribió cuentos, ensayos y artículos en medios como Granta, The Dublin Review, Winter Pages, The New Yorker y The Stinging Fly, del que además fue editora entre 2017 y 2018. En 2017 publicó Conversaciones con amigos, escrita mientras estudiaba para obtener su máster y en la que narra las relaciones en Dublín entre dos universitarias, Frances y Bobbi, y el matrimonio formado por Melissa y Nick. Con esta novela ganó el Premio al Escritor Joven del Año de Sunday Times/Peters Fraser & Dunlop, de ese mismo año.

Continuó con Gente normal, que fue traducida a más de 45 idiomas y con la que ganó el premio Novela irlandesa del año, en los Irish Book Awards y nombrada Libro del año de Waterstones en 2018. Durante 2021 presentó Mundo hermoso, dónde estás, que sigue a cuatro protagonistas cuyas vidas se entrelazan.

Conversations with Friends y Normal People fueron adaptadas a series de televisión en 2020 y 2022, respectivamente.

La autora, que se describe a sí misma como feminista y marxista, a menudo expresa sus creencias políticas en sus novelas. En 2019, fue incluida en la lista de la BBC de las 100 mujeres más influyentes; en 2020, nombrada una de las 30 menores de 30 de Forbes, en la categoría de medios; y en 2021, una de los mejores novelistas británicos jóvenes de Granta, galardón que reconoce a los escritores jóvenes más prometedores del Reino Unido e Irlanda.

“Aceptar la intimidad es aceptar la posibilidad de que otra persona nos hiera”.

FRASES DE LA NOVELA

“Él asintió. Se quedaron unos segundos ahí de pie, quietos, ella entre sus brazos, su aliento en el odio. La mayoría de la gente, pensó Marianne, pasa por la vida sin sentirse jamás tan unida a alguien”.

“Es curioso, prosigue Connell, las decisiones que tomamos porque nos gusta alguien y que hacen que nuestra vida sea completamente distinta. Creo que estamos en esa edad rara en que la vida puede cambiar muchísimo en función de pequeñas decisiones. Pero tú has sido una muy buena influencia para mí en conjunto; es decir, está claro que soy mejor persona ahora, creo. Gracias a ti”. 

“Sabe que mucha gente del ambiente literario de la universidad ve los libros principalmente como una forma de parecer cultos”.

“Eso es el dinero, la sustancia que vuelve real el mundo. Y hay algo tremendamente corrupto y excitante en ello”.

“Cuando hace buen tiempo, da la sensación de que el cielo está a kilómetros de distancia, y los pájaros revolotean por el aire y la luz sin límites que se extienden en lo alto. Cuando llueve, la ciudad se cierne sobre ti, te envuelve cargada de bruma; los coches se mueven más despacio, con un resplandor apagado en los faros, y las caras que pasan…”.

“Por lo general, creo que los hombres están mucho más preocupados por limitar las libertades de las mujeres que por ejercer ellos mismos su libertad”.

“¿Es el mundo un lugar tan malvado que el amor es indistinguible de las más abyectas y abusivas formas de violencia?”.

(Por María Karla Pérez Romo y Odalis Sosa Dencause)


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