La vocación medioambiental del proyecto Corazón Guamacaro KM 9

Aunque algunos den por extintas las afamadas malangas que dotaron de fama nacional al Valle de Guamacaro, un día cualquiera por el batey Horacio Rodríguez puede emerger un carretón de caballo con una caja que lleva en su interior los tubérculos que tanto enorgullecen a los habitantes de esta comarca, como reminiscencia de un pasado que aún lanza señales de supervivencia.

Un joven agricultor detendrá su trayecto para que el foráneo constate que el guagüí y la malanga de esta región de Limonar no desaparecieron del todo y, más que exhibir el fruto de su labor, mostrará la esencia de un lugar que se niega a desprenderse de ese valor primordial que apuntala y le da significado a la existencia de los hombres: la memoria.

Con ese gesto, el campesino reafirma su intención de conservar el legado de sus abuelos, fundadores de un pueblo que, a golpe de sacrificio y de cultivar los fértiles suelos de tierra negra, vieron prosperar un poblado que alcanzó gran notoriedad en todo el territorio matancero, y un poco más allá.

Desde cualquier punto del principal asentamiento de la zona se distingue la chimenea, huérfana ya, tras la desaparición del antiguo central azucarero. Por más que se resista a los azotes del tiempo, un día también dejará de ser el principal punto de referencia que se ve desde la distancia. Una gran herida propinada por los años muestra su osamenta metálica, mas, la torre permanece en pie con tozudez, observando el transcurrir de los días y el ir y venir de sus habitantes, quienes viven asidos al recuerdo de aquellos tiempos mejores.

Los momentos de bonanzas del Valle de Guamacaro se pueden apreciar en todo su esplendor desde las pinceladas de Esteban Chartrand, o ante el hecho de erigirse en esa demarcación, y no en Limonar, la primera iglesia parroquial de las inmediaciones.

Los 12 ingenios azucareros, las plantaciones de caña y los extensos cafetales también permanecen en la memoria de los oriundos de ese espacio geográfico tan pródigo en cultivos que lograban surtir con sus cosechas importantes ciudades como Cárdenas y Matanzas.

Siempre que se afirmaba que un cultivo provenía de la tierra fértil de Guamacaro, crecía la admiración y el regusto de los consumidores por saborearlo, conscientes de que todo lo que nacía en esos suelos poseía un sabor especial y diferente.

Tal vez se deba al clima tan característico de ciertos valles rodeados de lomas, a esa niebla que lo cubre todo en las mañanas, o a las aguas de los ríos Moreto y Yaití, que atravesaban la rica zona. Lo cierto es que a Guamacaro siempre le envolvió esa mística especial, y por suerte existen personas que dedican todo su esfuerzo a devolverle la magia y esplendor de antaño.

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Hace 15 años que Ulises Rodríguez Febles lidera un proyecto comunitario y cultural que ha prendido en el alma de muchas personas. Decenas de artistas le secundan con gran entusiasmo en esa especie de cruzada en la que devino el proyecto Corazón Guamacaro Km 9, que desde sus inicios intenta llevar arte y alegría a los lugareños.

Presentación del proyecto Corazón Guamacaro KM 9. Fotos del autor

Probablemente sea la razón por la que Adaheydi Paz espere con tanta inquietud y alborozo el arribo de la guagua que viene desde Matanzas y se detiene justo a un costado de su Escuela Primaria Fernando Planas Green.

Mientras aguarda por la llegada de la numerosa comitiva, se pregunta qué nuevo conocimiento adquirirá en esta ocasión. Con el paso de los años, ha interactuado con fotógrafos, directores de teatro, bailarines, músicos, quienes le han impartido talleres sobre sus especialidades, mostrándole así un universo mucho más rico y abarcador.

Quizá fue este el catalizador que despertara en la pequeña el “bichito” de la actuación, como asegura su maestra, al punto de ser reconocida hoy por sus dotes artísticas y el desenfado con que asume su participación en las diferentes actividades de su escuela.

Sería esta una de las tantas razones por las que las personas se alistan como a una gran fiesta, en cada viaje del proyecto.

Los pequeños del Valle ya se saben protagonistas del convite e interactúan con naturalidad y desenvoltura con los artistas. Incluso, llegan a dominar novedosas experiencias como lo puede ser formar palabras en un partido de Scrabble o tensar las cuerdas de un laúd.

A las nuevas lecciones se suman las enseñanzas relacionadas con la rica historia del terruño en el que transcurren sus existencias, para que se sepan parte inseparable del rico legado que deben proteger.

Presentación del proyecto Corazón Guamacaro KM 9. Fotos del autor

Así lo entiende el veterano Bernardino Alfredo Almeida, quien habla con marcada admiración de la idea gestada por Rodríguez Febles.

“Esta iniciativa también está dirigida a rescatar las vivencias de los habitantes, de sus tradiciones campesinas, que se inculque desde edades tempranas el amor por nuestro patrimonio y nuestras raíces.

“De ahí la importancia de trabajar con los niños, ya que muchas veces están alejados de las grandes urbes donde tendrían mayor acceso a diferentes manifestaciones artísticas, que se pueden apreciar en nuestra comunidad gracias al surgimiento de este maravilloso proyecto”.

Por varias horas, la primaria se convertirá en un gran escenario por donde desfilará el talento artístico que integra el Consejo Provincial de las Artes Escénicas en Matanzas.

Presentación del proyecto Corazón Guamacaro KM 9. Fotos del autor

La danza, el teatro, la literatura, también conforman el amplio programa, y justo antes de continuar rumbo hacia algún otro punto de la geografía de Guamacaro, los más de 160 pioneros de la escuela disfrutarán una última actuación en la que podrán participar en ocasiones como los propios protagonistas de la obra.

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Para mantener la memoria viva y pujante de un poblado se debe salvaguardar también el presente, el proyecto contempla entre sus premisas la protección del medio ambiente y de los recursos naturales del área.

Junto con el talento artístico a veces viajan especialistas y científicos de probada trayectoria, para suscitar un diálogo con los principales líderes de la comunidad sobre la importancia de proteger el entorno desde prácticas sostenibles.

Investigadores en Valle Guamacaro. Foto del autor

El cuidado de la biodiversidad parte desde el conocimiento, por lo que se realizan talleres sobre el manejo integrado del suelo, el uso adecuado de los recursos hídricos, y la mitigación de los efectos del cambio climático.

Los pobladores tienen la oportunidad de interactuar con profesores de gran prestigio y sobrada experiencia, como Ivis Villasuso y Milagros Alfonso, quienes llevarán su sapiencia hasta el surco, para que las buenas ideas y prácticas prendan con la fuerza de los cultivos de antaño, cuando el Valle Guamacaro suscitaba la admiración de todos por el desarrollo agrícola que repercutió directamente en la prosperidad de su gente.

No se trata de vivir como rehenes del pasado, sino de contribuir a brindar a los habitantes de allí las herramientas y saberes necesarios para recobrar la importancia y repercusión que les convirtiera en un referente cultural y agrícola en la provincia, rasgos identitarios que durante años caracterizaron al Valle de Guamacaro y que bien se podrían rescatar.

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

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