Cuba ratificó su compromiso de apoyar la paz, la independencia, el derecho a la libre autodeterminación y a la soberanía de la región sobre sus recursos naturales.
Así lo expresó el miembro del Buró Político del Partido Comunista y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, al recordar los diez años de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de paz.
Aquella postura, aprobada en la II Cumbre de la Celac, en La Habana, el primer mes del año 2014, ha contribuido a la consolidación de la unidad y concertación de los países miembros por el bienestar de los pueblos de la región, y enfatizó en el respeto irrestricto a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, la solución pacífica de controversias, y la prohibición del uso y de la amenaza del uso de la fuerza.
Hoy, cuando no son los movimientos sociales ni los partidos de izquierda una amenaza a la paz, sino las ansias de poder del imperio estadounidense sobre la región, ese documento cobra aún más fuerza y vigencia, por el desarrollo y en defensa de los pueblos. Se basa en el principio del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, de que «la lucha por la paz significa luchar por salvar a la humanidad».
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