Con la certeza de un próximo encuentro y el acuerdo de publicación de un volumen que comprenda las ponencias e investigaciones presentadas, concluyó el I Congreso Cubano de Arqueología Histórica, que durante tres días tuvo como sede a Matanzas y contó con la participación de especialistas de varias provincias cubanas y una treintena de arqueólogos extranjeros.
“Las sesiones de trabajo culminaron con la entrega de dos premios, consistentes en ayudas económicas a dos proyectos de investigación arqueológica, que se desarrollan en las provincias de Holguín y Mayabeque”, refirió Lisette Roura Álvarez, directora del Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de La Habana, y organizadora del evento.
“El encuentro académico fue organizado por el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, ARCS-Arci Culture Solidali, la Oficina del Historiador de la Ciudad de Matanzas, la revista Cuba Arqueológica, y financiado por el proyecto Arqueo-Cuba. Propició el intercambio y debate de resultados de investigación, en los ámbitos de la Gestión del Patrimonio Arqueológico, Arqueología Industrial, Arqueología Subacuática, Arqueología y Educación, Arqueología Urbana”, comentó la especialista.
Ercilio Vento Canosa, historiador de la ciudad de Matanzas y Premio Nacional de Espeleología 2023, consideró que “además de su convocatoria y participación internacional, tuvo una alta calidad y excelente organización, tres días en que se abordaron temas de actualidad y obligatoria atención”.
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Henry Delgado Manzor, miembro de la Sociedad Espeleológica de Cuba y delegado al Congreso, por su parte, lo valoró de sobresaliente “por el nivel científico de las ponencias y conferencias. Esta primera edición ayudó, desde el diálogo académico, a promocionar la cultura científica e innovadora en el ámbito de la arqueología, dialogar sobre el cambio climático y el patrimonio arqueológico, la presentación de la realidad actual de esta ciencia y sus problemáticas, las novedades y resultados en el campo de la investigación arqueológica y la aplicación de nuevas tecnologías, su plasmación en la didáctica del patrimonio y en la musealización y su divulgación”.
“Lo más significativo desde mi perspectiva, y que fue el motor para organizarlo, es que este evento creó por primera vez para Cuba, un espacio de encuentro, interacción y aprendizaje para la comunidad arqueológica cubana en arqueología histórica, y al mismo tiempo para ver qué se está haciendo en la región latinoamericana y más allá”, refiere Odlanyer Hernández de Lara, doctorante en arqueología de la Universidad de Syracuse, en Nueva York, quien ha liderado proyectos de excavaciones en la ciudad de Matanzas.
“Tenemos que insistir en que otros colegas del país, que en esta ocasión no pudieron asistir por problemas de transporte, puedan participar en próximas ediciones. Es importante contar con todos los que aportamos desde la arqueología histórica para conocer sus experiencias, logros y dificultades. Por ello es que pensamos en la movilidad nacional de este evento, que el próximo sea en otra provincia y que el siguiente se mueva para la región oriental del país, lo que permitirá aumentar la presencia de colegas que ahora no pudieron asistir. Quizás también se podría insistir con las tecnologías de la comunicación virtual para hacerlo más accesible”, enfatiza Hernández de Lara. (Fotos: Tomadas del perfil de Facebook de Henry Delgado Manzor)