A Marianela y a Matanzas las unen muchos lazos. Ella no es una simple turista chilena enamorada de la calidez del clima de la Isla, del azul inmenso de la bahía o de los atardeceres fugaces y resplandecientes de un sol que parece no ponerse nunca en el horizonte…
Su relación con Matanzas va más allá de quien busca sol y playa. No son pocas las veces que ha visitado la Ciudad de los Puentes, desde que en 1996 llegara por primera vez a Cuba y dos años después comenzara a forjar lazos de hermandad con varios amigos que conoció en la urbe, y de cuya familia ya se siente parte.
Desde 1996 Marianela Valdivia Martínez, creadora del Proyecto Fraternidad Chilena Cubana, viaja a Matanzas./Foto: Raúl Navarro
Marianela Valdivia Martínez es observadora por naturaleza. Quizá por eso mira más allá de lo que la mayoría de los turistas vienen buscando a una Isla en medio del Caribe. Ve también la belleza de su gente, su calidez y solidaridad, ve sobre todo que hay muchas cosas que pueden hacerse para ayudar a un país subdesarrollado que apuesta por defender un proyecto social a pesar de las carencias.
Para ella no es fácil quedarse de manos cruzadas, por eso ideó una manera para traer a Cuba medicinas e insumos médicos necesarios para salvar vidas, en un contexto en el que el sistema de Salud del país carece de muchos de estos recursos indispensables para brindar asistencia médica.
Fueron donados varios tipos de medicamentos, entre los que se incluyen vitaminas, antibióticos y otros insumos médicos como cinta adhesiva, sondas, catéter, guantes quirúrgicos y de exámenes./Foto: Raúl Navarro.
En Osorno, de donde es oriunda, se encuentra la génesis de lo que es hoy el Proyecto Fraternidad Chilena Cubana, que comenzó como una iniciativa familiar. “Vimos las necesidades y que nosotros podíamos aportar para disminuirlas, y debíamos hacerlo porque Cuba ha sido muy solidaria con el mundo. Empezamos con cinco personas e hicimos la primera donación en mayo de 2023.
“Y ya en este segundo envío se han sumado 18 personas con donaciones de medicamentos y dinero para comprar insumos médicos”, comenta mientras nos muestra los cajones que han cargado y resguardado con total celo desde su embarque en Chile.
“Estos números significan que una misma persona donó varias cajas que tienen dentro medicamentos y son donaciones totalmente personales”, aclara mientras organiza el valioso equipaje.
Foto: Raúl Navarro
En él viajan diferentes tipos de medicamentos entre los que se incluyen vitaminas, antibióticos y otros insumos médicos como cinta adhesiva, sondas, catéter, guantes quirúrgicos y de exámenes, bisturí, agujas, que se contabilizan en la Dirección Provincial de Salud de Matanzas y luego llegarán hasta los hospitales Eliseo Noel Caamaño, Comandante Faustino Pérez y José Ramón López Tabrane.
“Entre 24 personas hicimos, de forma paralela, una donación de dinero con el que se compraron los insumos, y muy pocos medicamentos porque nos dimos cuenta de que estos estaban siendo donados por los chilenos.
“Para nosotros ha sido un reto colaborar de esta forma, primero porque ninguno de nuestro equipo es médico, por eso han sido tan importantes las conversaciones con los doctores cubanos que nos han servido para darnos cuenta de qué es lo imprescindible para el trabajo en los hospitales en el presente, no a largo plazo, porque la ayuda debe ser inmediata.
“En segundo lugar porque, como ninguno de nosotros pertenece al área de Salud, en Chile está restringida la compra de estos insumos para personas naturales, entonces la única alternativa es pagar costos más altos por ello, en el mercado libre, donde se distribuyen los insumos. Si se suman algunos doctores cubanos existe la posibilidad de que a través de ellos podamos adquirirlos a precios mayoristas”, comenta.
Foto: Raúl Navarro
El intercambio con los profesionales del sector de la Salud cubana ha permitido “cocinar” nuevas ideas e ir ampliando, poco a poco, la Fraternidad Chilena Cubana. “Por ejemplo, hemos hablado de traer a chilenos a hacerse tratamientos a la Isla porque en nuestro país la medicina es muy cara y los médicos cubanos tienen un prestigio internacional.
“También pretendemos abarcar otras instancias de apoyo porque queremos ser constantes en el tiempo hasta que esta situación se estabilice, por eso también es vital el respaldo cubano hacia esta campaña puesto que así podemos ir sumando otras propuestas beneficiosas para ambos países”, añade.
Mientras organizan los donativos, habla con entusiasmo de sus próximos pasos. “Vamos a empezar de cero para la campaña de enero, pero tenemos que llegar con todo el ánimo, la energía y las vibras de que se sumarán más chilenos a esta campaña al ver la transparencia y que lo donado queda en instituciones de Cuba, y tengo la confianza de que va todo a donde se necesita”.
“Para mí es una satisfacción aportar porque me considero parte de una familia cubana y quiero que quienes donen puedan sentir esa impresión de ayuda desinteresada a un hospital en Cuba, a una ciudad como Matanzas. No te puedo explicar lo que significa porque es necesario sentirlo”.
También es casi imposible describir con palabras lo que significará para los más de 600 matanceros y sus familias beneficiarse con estos valiosos recursos, que alivian no solo a ellos, sino además al personal médico que se las ingenia para con escasos recursos preservar cada día el milagro de la vida.
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