Desde hace algunos meses existe crisis con el servicio de agua potable en las zonas baja, media y alta de la ciudad de Matanzas, en gran parte debido a las constantes roturas de los motores instalados en los sistemas de bombeo en los pozos, ocasionadas mayormente por la intensa y extensa explotación a que son sometidos.
Lo anterior provoca que disminuyan los niveles de agua en la cisterna del Acueducto Municipal, instalado en el reparto Armando Mestre (El Naranjal), que abastece a dicha área de la población.
Así lo dio a conocer, en exclusiva para Girón, el ingeniero José Quintana Zamora, jefe de operaciones del Acueducto Municipal de Matanzas, fundado hace ya 135 años.
«Sin embargo, a partir de que en los últimos días se reparara la conductora de agua de la CTE Guiteras y numerosos salideros dejaran de existir, además de la apertura de dos nuevos pozos —uno activado en los manantiales de Bello, con 100 litros (l) de agua por segundo, y otro recuperado en La Julia, que aporta 65 l en igual tiempo— mejora la situación en las últimas jornadas»; aseguró Quintana Zamora.
Esta disponibilidad debe aumentar con la instalación de nuevos motores, más las reparaciones de otros que abastecen a la cisterna local, de donde parte el agua hacia dichas zonas de Matanzas.
No obstante, existen áreas como El Fundador, batey con alrededor de 50 viviendas aledañas a Canímar, donde el panel fotovoltaico que abastece de electricidad al pozo de agua potable se halla descompuesto, por lo que se suministra el líquido en pipas, como en otros emplazamientos del municipio.
Por ejemplo, en ese último lugar, en el extremo nororiental de la ciudad, la fuente de abasto cuenta con cinco pozos, pero el designado como número tres está dañado desde hace más de un mes, lo cual limita la llegada de agua en Gelpy y Reynold García (Pastorita) e Iglesias.
La referida cisterna municipal se abastece fundamentalmente de los pozos de Bello, San Juan, La Ecil y La Julia.