El avistamiento de un enorme “cetáceo” en la desembocadura del río Canímar, por los pescadores Francisco Vigoa y Antonio Monzón, era noticia el 12 de septiembre de 1890 en el diario Aurora del Yumurí. El primero de ellos, que lo vio pasar por debajo de su lancha sin contratiempo alguno, asegura que medía unas 40 varas, y presentaba redondas manchas blancas y negras. Lo rodeaban infinidad de peces.
En busca del descomunal animal, que por su descripción no era un cetáceo, sino un tiburón ballena, salió don Mariano Ros. Aunque se desconoce si al fin pudo localizarlo, si constituye el primer reporte de la especie en aguas matanceras.
Mariano Monserrate Ros, natural de Murcia, España, y residente en la ciudad yumurina, presidió la sociedad local La Tiburonera, y se dedicó por años a la captura de escualos en la rada matancera. (Adrián Álvarez Chávez y Eduardo Daniel González/ Ilustración: Carlos Junior Hoyos Verdura)