Para aquellos aficionados matanceros que hasta el día de hoy peinamos canas, no se podía pasar por alto la fecha del 26 de agosto de 1969, cuando en nuestra provincia y Cuba en general se vivió uno de los más grandes acontecimientos beisboleros.
El conjunto cubano derrotó dos carreras por una al poderoso equipo de los Estados Unidos, en juego que definió el Campeonato Mundial de aquel año en el Estadio Quisqueya, de República Dominicana.
De ese histórico y emocionante encuentro hace unos días se cumplieron exactamente 54 años. Aún se recuerda a aquel hombre enojado, de seis pies de altura o más, de una velocidad aterradora, llamado Larry Osborne, que tenía en sus puños a la batería cubana hasta que llegó su hora en la octava entrada.
Tres protagonistas matanceros contribuyeron en ese instante a alcanzar la victoria: ellos fueron Gaspar “Curro” Pérez, Rigoberto Rosique y Félix Isasi.
La entrada la comenzó el receptor Lázaro Pérez, que conectó hit al jardín derecho y fue sustituido para correr por Tony González. Este último llegó a segunda base por sacrificio del camarero Isasi.
El mentor Sergio Borges dejó batear al lanzador Gaspar Pérez, bajo su responsabilidad; él sabía que “el Curro” era buen bateador, y después que este dio varios foul con dos strikes, conectó tal recta que la bola fue a parar al jardín central. Así anotó Tony la carrera del empate y, por mal tiro a home, “el Curro” arribó a segunda base.
Todo quedó listo para que el jardinero Rosique lograra el hit de oro para decidir ese Campeonato Mundial del 69.
Al rendir homenaje a estos tres matanceros y a la alegría suscitada en esas fechas, se realizó una actividad de recordatorio en el Museo Provincial Palacio de Junco, de la capital yumurina, con un grupo de peloteritos de la comunidad de los barrios de La Playa y Pueblo Nuevo que acababan de participar en el Campeonato Regional Inter-Barrio Infantil y obtuvieron el primer lugar.
En la ocasión destacó la presencia de Olga González Murgía, historiadora e investigadora, quien, además del significado y trascendencia del suceso, manifestó su emoción ante los pequeños bien uniformados, con sus gorras puestas, anunciando el número de sus camisetas a las espaldas y por delante el nombre del equipo: Los Cometas. (Por: Reynol Yll Lavín)