El 29 de abril es el Día Internacional de la Danza, y muchas cosas estarán sucediendo en toda Cuba: eventos, espacios sistemáticos, talleres, tertulias y homenajes.
Uno de los más esperados es la entrega del Premio Nacional de la Danza, al cual Matanzas cada año propone a la maestra Liliam Padrón, directora de la Compañía Danza Espiral, profesora, coreógrafa, bailarina y fundadora del Concurso de Coreografía e Interpretación Danzandos.
Un premio al que Lilita, como todos le decimos, no le da importancia, y que merecen muchos, como ella misma dice. Pero lo cierto es que hay que estar alertas por si ese deseo de muchos se cumple. Solo hay que seguir las redes sociales, específicamente Memoria Escénica, y nos daremos cuenta de cuántos en toda la Isla piensan lo mismo que quien esto escribe.
Lo hermoso sería que se le entregara en el Teatro Sauto (MN), donde tantas veces ha actuado y se han presentado la mayoría de sus coreografías; y porque precisamente en esa fecha, 29 y 30, se va a estrenar Mira, una colaboración de su colectivo con el proyecto internacional Look what the world did to us. Esta es una coreografía del francés Alexis Jestin, que trata sobre el aislamiento, la exclusión y los movimientos geográficos de la emigración.
Alexis es un coreógrafo con una rica y atractiva trayectoria en escenarios internacionales de Europa, Asia y América. Muchas de sus creaciones, según pude saber el jueves 20 de abril en la Tertulia por la memoria, que también conduce y coordina Liliam Padrón, en la sede de la Uneac, están relacionadas con las mixturas culturales, desde una estética de indagaciones en los rasgos identitarios, las relaciones sociales y las problemáticas de países como Vietnam, Ecuador, entre otros, y que en este caso tendrá enfoque y concepto de la Compañía Danza Espiral.
Aunque el reconocimiento del Premio Nacional no llegue este año, aunque muchos creemos que es el año de Lilita; seguiremos en cada conmemoración por el Día de la Danza, avalando el amplio e intenso currículo de la maestra Liliam Padrón.
En este último se hallan la creación de espacios para promocionar la danza, talleres de formación de nuevas generaciones de bailarines y coreógrafos, participación y colaboración en muchos eventos sociales y culturales de la ciudad, la indagación creativa en obras y autores de la literatura o el teatro cubano y universal, premios y reconocimientos en eventos danzarios, la diversidad de su estética, que incluye la danza en espacios abiertos, la video-danza y otras búsquedas en zonas de la creación.
También resulta importante su aporte coreográfico al teatro, en obras de Teatro de Las Estaciones, Teatro Papalote o Teatro El Mirón Cubano.
Con su inquietud, laboriosidad y creación incesante, Lilita estará definitivamente viviendo en el escenario, para festejar el día en que la danza une a muchos en cada latitud del mundo.