Foto: Ramón Pacheco
La melaleuca es una planta invasora, de corteza como si fuera corcho, pero de corazón duro. Crece en las costas de la Ciénaga de Zapata y poco a poco se esparce y le quita metros al mar.
Su crecimiento excesivo puede dañar los corales aguas adentro, por ello se busca una manera de controlarlos.
Para ello se creó un proyecto de colaboración internacional entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Cooperativa de Créditos y Servicio (CSS) Antonio Maure, la única de su tipo en el municipio sureño.
Esta iniciativa consiste en la extracción de los árboles para darle diferentes usos y a la vez que se ayuda a la conservación del medio ambiente, favorece la economía de la zona y le ofrece trabajo a pobladores del área.
Según las palabras de Juan Luis Rangel Duarte, presidente de la CCS, de la melaleuca se puede aprovechar la madera para hacer muebles y otros artículos. Además el aceite de su hoja posee propiedades insecticidas, fungicidas y bioestimulantes.
El proyecto está en desarrollo y ascenso poco a poco, aunque se dificulta por lo trabajosa que se vuelve la extracción de la planta.
Julio Gabino Herrera Aragón, trabajador del lugar, cuenta que hay que meterse con el fango de la rodilla y sacar los troncos que pueden ser de dos o más metros al hombro.