Me quedo con la vergüenza del #TeamAsere

Me quedo con la vergüenza de Armando Johnson, con su humildad, con su timidez, con ese nudo en la garganta que le impidió hablar en el recibimiento que les hicieran en el aeropuerto José Martí de La Habana.

Me quedo con su imagen escondida en la foto colectiva. Los grandes no necesitan protagonismo. Lo tienen porque sí.

Me quedo con las palabras de Germán Mesa, ese grande de la pelota cubana cuando dijo que hubieran querido hacer más, con su cara de angustia, con su voz temblorosa y sus oraciones exactas, y todo eso a pesar de que su fuerte no son los discursos.

Me quedo con eso, porque la vergüenza puede más que nada.

Me quedo con la dignidad de esos deportistas, jugando en medio de gritos y ofensas que podrían desconcentrar al más seguro.

Me quedo con el amor por Cuba de los peloteros que juegan en otras ligas, incluida la MLB y que no se dejaron amilanar por los ataques de los que no entienden nada, de los que odian, de los que dividen.

Me quedo con la vergüenza de Mandy Johnson, con sus lágrimas, con su decencia.

Me quedo con la vergüenza del #TeamAsere.

Me quedo con esta vergüenza de los cubanos que es la misma con la que contaron Carlos Manuel de Céspedes, Martí y Fidel para hacer la revolución que nos hizo tener Patria.

(Por: Yirmara Torres Hernández)

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2 Comments

  1. ME SIENTO ORGULLOSO DE ESE EQUIPO CUBA DE SUS PELOTEROS CUERPO TÉCNICO QUE LUCHARON CON DIGNIDAD ORGULLOSO Y POR SER CUBANOS
    FELICIDADES HERMANOS DIOS Y CUBA LOS BENDICE
    MUY EMOTIVO ESTE ARTÍCULO GRACIAS REDACCIÓN PERIÓDICO GIRÓN
    GRACIAS MTZAS POR SER TAN BELLA Y HOSPITALARIA

  2. Profe:
    Deslicé este comentario en otro medio, que por considerar atinado reproduzco aquí:
    Muchas felicidades a nuestros peloteros, cubanos, sin importar, que defendieron las cuatro letras con la Vergüenza, cuando no hay otro recurso, como nos enseñó Agramonte.
    Como expresó nuestro gran amigo y cofundador de NEMO, el ingeniero José (Pepe) Oro, Cuba perdió un juego de pelota, pero se estableció una leyenda.

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