
Empresa mixta Energas, Boca de Jaruco. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate
Recorrer las casetas azules pertenecientes a la planta de Energas, en Santa Cruz del Norte, parece cosa sencilla y de minutos. Pero la planta es más compleja de lo que apreciamos a simple vista.
En las pequeñas edificaciones separadas de la costa por la fina línea que dibuja la Vía Blanca, solo el sonido leve de las turbinas o los pasos sobre la grava que tapiza el pavimento rompen el silencio de un lugar donde la calma prevalece.
Más allá de la oficina central, numerosas tuberías entran y salen del suelo, recordándonos que la energía que allí se genera proviene de un sitio profundo bajo tierra.
Gas es la palabra que más se repite a nuestro paso por las instalaciones; sin embargo, no se siente la más mínima presencia del compuesto químico en el aire, confirmando el excelente estado técnico y de seguridad de la instalación.
“Aquí lo más importante es la seguridad del trabajador”, nos dice Roberto Castillo, gerente de operaciones de las plantas de Boca de Jaruco y Puerto Escondido mientras explica las estrictas medidas de seguridad dentro de la planta.
Un casco, unas gafas, un chaleco protector y hasta un solapín que facilita el conteo del personal en casos de emergencia, son algunos de los aditamentos obligatorios y habituales para ingresar al lugar, cuyo punto más elevado son unas torres en forma de chimenea por el que se escupen gases a elevadísimas temperaturas luego de ser procesada la materia prima dentro de la turbina.

De un problema medioambiental a una solución de eficiencia energética

Corrían los años finales de la década de 1990. Varadero crecía como destino turístico y las emanaciones de azufre de los pozos petroleros cercanos contrastaban con el propósito de un sitio de descanso, famoso por la calidad de sus aguas y su entorno natural. La costa norte occidental, rica en yacimientos petrolíferos, ponía en riesgo la naciente industria turística en la zona.
“Nacimos para hacer compatibles el desarrollo de la prospección petrolera y el fomento de la industria del turismo, un objetivo en el que el tratamiento del gas era muy importante”, señala el ingeniero Raúl Pérez González, vice gerente general de Energas.
Con ese fin, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz fundó en diciembre del año 2000 la primera planta de Energas, que no solo resolvería el tema de las emanaciones de azufre, sino que, a la par, serviría como una fuente de generación de energía para el país.
“La empresa mixta, constituida por la canadiense Sherritt y las cubanas Unión Eléctrica (UNE) y Cubapetróleo (Cupet), se formó como resultado de la producción adicional de gas, resultante de una exitosa estrategia de desarrollo petrolero en la zona de Varadero, coincidente con un acelerado crecimiento del sector turístico. El tratamiento del gas acompañante disminuyó las emisiones nocivas al medioambiente”, explica Edel Andrés Alfaro Pérez, gerente económico.
Pero el éxito de la entidad no solo radica en el beneficio medioambiental. Desde 2003, la empresa mixta genera la electricidad más barata del país, pues se obtiene con alta eficiencia a partir del consumo del gas natural emanado de los pozos de petróleo de Matanzas, Mayabeque y norte de La Habana.

Según el vice gerente general, el procesamiento y la utilización del gas acompañante del crudo es una fuente de energía para generar electricidad, lo que reduce la importación y utilización de combustibles más caros para la generación.
“Una parte del gas tratado en las plantas de Boca de Jaruco y Puerto Escondido es enviada a la Habana para la cocción de alimentos de alrededor de 280 000 familias. Asimismo, las plantas de Energas producen otros componentes fundamentales para la economía nacional como el GLP, la nafta y el azufre”.

El secreto del gas

A Roberto Castillo se le conoce como uno de los hombres de mayor experticia dentro de la planta. Sus años de trabajo en esta industria le han permitido conocer casi todos los secretos del petróleo y de “su hermano acompañante”, el gas.
¿Por qué plantas como estas son una de las alternativas más baratas y eficientes para la producción de energía? Esa es la pregunta que nos llevó a cruzar las fronteras de la capital para llegar a un punto casi intermedio con la ciudad de Matanzas.
Una y otra vez caemos en la pregunta. Castillo sonríe, nos mira y, antes de explicar, nos avisa: “Escuche bien periodista, esto es un poco técnico, pero ahí les va.
Los especialistas cubanos explican que el gas natural es otro de los hidrocarburos que se ha formado debajo de la corteza terrestre, producto de la sedimentación de materia orgánica.
Mientras dibuja garabatos en el aire, el experto señala que ese recurso natural está en lo que se conoce como “bolsas de gas” y suele encontrarse en dos tipos de yacimientos: no asociados y asociados.
En Cuba, se encuentran estos últimos, donde el gas natural se “asocia” al petróleo, lo “acompaña”, en los pozos petrolíferos.
“Durante un tiempo, en Cuba el gas acompañante se expulsaba a la atmósfera sin aprovecharlo. A partir de la creación de la empresa mixta cubano-canadiense Energas S.A., el gas acompañante de los pozos de petróleo comenzó a tener un uso”, destaca Castillo.
“Una parte del gas se emplea en la generación de electricidad en unidades térmicas de ciclo combinado con turbina de gas, y la otra es destinada a la cocción doméstica, beneficiando a miles de familias de la capital del país”, añade.
Oniel Tápanes Hernández, otro conocedor de la industria, explica que el gas acompañante permite que el petróleo emerja de la fuente del yacimiento.

“Luego de su separación del petróleo, el gas viene a nuestras plantas. De no existir plantas de procesamiento como la nuestra, el gas tendría que ir a un flare (quemado en antorcha, en español) y se perderían esos hidrocarburos, además de que las emisiones irían a la atmósfera.
“Aquí respondemos en parte a tu pregunta. Es barato porque no necesitas nuevas inversiones para extraerlo, pues partes de las mismas que se hacen para la extracción de petróleo; sin embargo, no lo es todo”, dice,
Según estimaciones, la producción de electricidad derivada de las tres plantas de Energas cubre alrededor del 10% de la generación eléctrica del país con un costo muy inferior al de otras fuentes de generación como las termoeléctricas.
¿Por qué? Por la alta eficiencia energética, su elevada capacidad de emplear la energía de los hidrocarburos para producir energía.


Tecnológicamente hablando

Sacar el zumo “energético” a los hidrocarburos no se logra por arte de magia. A Oniel Tápanes Hernández, uno de los especialistas más jóvenes de la planta de Boca de Jaruco, le ha tocado la difícil tarea de relatar de manera “sencilla” un proceso complejo que permite procesar de manera eficiente el gas y “sustraerle” más energía.
“Lo primero que debemos saber –continúa explicando– es que nuestras industrias se basan en lo que llamamos ciclo combinado.
“Las centrales térmicas de ciclo combinado transforman la energía térmica del gas natural en electricidad mediante el trabajo conjunto de una turbina de gas y otra de vapor. El proceso implica la puesta en marcha de dos ciclos consecutivos: el ciclo de Brayton, que corresponde a la turbina de gas convencional, y el ciclo de Rankine, que opera con la turbina de vapor”.
Esto significa que luego de la primera combustión de ese gas en la cámara de combustión (ciclo Brayton), los gases que escapan pasan a una caldera recuperativa. “En ese espacio, el agua se convierte en vapor como en una planta térmica normal. Ese es el llamado ciclo Rankine”.
Para darnos una idea de las ventajas de esta tecnología, Tápanes Hernández explica que “la eficiencia de una maquina simple es del 29% (aprovechamiento de la energía). Cuando se emplea una caldera recuperativa a partir del ciclo Rankine (de la primera generación), el aprovechamiento de la energía química que tiene el combustible se eleva al 44 o 45% de eficiencia. En palabras llanas, le sacamos casi el doble de energía a este combustible”.
Más corriente

En momentos tan complejos como los que atraviesa el sistema electroenergético nacional, la aspiración más profunda de estos especialistas es hacer mucho más.
“En el horario pico estamos entregando una potencia eléctrica de 315 MW, una cifra inferior a los 480 MW instalados que realmente puede producir la planta”, dice Edel Andrés Alfaro Pérez, gerente económico de Energas.
Agrega que en este momento existe capacidad de generación sin utilizar, “pues no hay suficiente gas, ya que al no perforarse nuevos pozos hay un decrecimiento natural”.
Ante esta situación, nuevas inversiones permitirán interconectar el yacimiento del Fraile con la planta de Puerto Escondido e incrementar la generación.
“Cupet ejecutará las nuevas inversiones en el primer semestre de 2023, por lo que proyectamos alcanzar hasta un 78% de explotación de nuestras capacidades instaladas a partir del segundo semestre. El crecimiento se estima en alrededor de medio millón de metros cúbicos en un día, que nos permitirá incrementar la potencia en unos 70 MW por encima de la producción actual”.
Sobre este tema, Alfaro Pérez recalca la necesidad del ahorro del gas para la cocción en los hogares.
“El gas que tenemos para generar electricidad es el mismo que se utiliza en ocho municipios en La Habana. Si se incrementa la demanda de la cocción, disminuye proporcionalmente el gas para producir energía, porque todo sale de una misma fuente”.



