Cada día la ciudad se despierta, envuelta en el juego de luces y sombras que forma el amanecer. Pero en ocasiones otro elemento hace presencia: la neblina.
Para algunos solo es un fenómeno meteorológico, para otros el signo inequívoco de que hará calor esa jornada, esta bruma cubre como un manto las calles y ríos de Matanzas, para darle un toque misterioso y por momentos de tristeza.
Desde el lente de Raúl Navarro González le proponemos algunas imágenes desde distintos puntos de la ciudad.
¿Son capaces de identificarlos a pesar de la neblina?