Una vez más transito los elegantes pasillos del Museo Oscar María de Rojas, lugar bien conocido por todos en la ciudad de Cárdenas, Matanzas, y aunque debo admitir que no lo visito desde hace ya un buen tiempo, recuerdo con detalle algunas de sus galerías.
Esta vez no vengo a observar sus hermosas colecciones de mariposas, ni siquiera aquel inmenso carruaje de la época colonial que tanto me gustaba mirar cuando era un niño; hoy me adentro en una sala que no frecuenté mucho, supongo que porque era muy pequeño para entender qué exhibía o por no poseer los llamativos colores que caracterizan a las restantes galerías.
La Sala José Martí se abre ante mí entonces como un espacio por explorar, no posee gran extensión pero guarda varios muebles de gran valor; ante cada objeto me detengo y leo la pequeña descripción que lo acompaña, tres de ellos despiertan mi interés.
En 1906 llegó al «Oscar María de Rojas » el escritorio en el cual Martí redactó las primeras páginas de Patria, aquel periódico que consideró un soldado más y que ayudó a difundir sus ideas para la nueva contienda. No se encuentra solo el mobiliario, a su lado, colgado en la pared, reluce el rótulo que algún día identificó la oficina donde se definieron los ejemplares de prensa.
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Elaborado por emigrados cubanos para que El Maestro diera sus discursos en el exilio, también llama la atención el podio de color blanco, adornado con pilares y una estrella, acompañados por la simulación de un libro en cuya carátula puede leerse “Constitución de Guáimaro abril 10 de 1869”, explican los expertos que en su creación se empleó madera de embalaje de tabaco y se tuvo en cuenta la estatura y el peso del gran orador.
Muy cerca se encuentra una mesa bastante sencilla, pero de muy buen gusto, en la que José Martí redactó y firmó las bases del Partido Revolucionario Cubano, no hace falta mencionar el valor que poseen aquellas finas tablas que presenciaron el nacimiento de tan importante documento.
Al parecer todas estas piezas eran propiedad del «Club San Carlos», importante asociación de emigrados en Cayo Hueso, Florida, que decidió donarlas al museo gracias a la gestión de personalidades como el general de brigada Domingo Méndez Capote, comentó Danilo Martínez Carmenate, especialista de la institución.
El aporte no solo dotó a la sala de una de las colecciones más valiosas que posee la instalación museable, sino que también lo convirtió en uno de los lugares que más objetos históricos exhibe de José Martí, resaltó.
Cuba toda conmemorará el próximo 28 de enero el aniversario 170 del natalicio del Apóstol de la independencia de Cuba. Seguro no faltarán rosas blancas o poemas en la voz de los niños, será igual un buen día para visitar el Museo Oscar María de Rojas y reencontrar al Maestro de manera distinta, en la memoria histórica de un escritorio, un podio y una mesita, donde puso sus manos francas. (Tomado de ACN)