En Contreras No. 28007, justo detrás de la parada de ómnibus peor ubicada del centro de Matanzas, nos tropezamos con las puertas cerradas de un museo que lleva más de dos años en espera de mantenimiento.
“Esta es la Sala I, Arte Universal y Cubano, que específicamente era lo que se exponía aquí, pero lleva cinco años cerrada por restauración”, nos comentó la guía al tiempo que avanzábamos por un estrecho pasillo.
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A nuestras espaldas, una multitud de personas se abalanzaba a empujones sobre una guagua, mientras el humo negro que liberaba el tubo de escape inundaba la sala principal del museo.
SOBRE EL MUSEO DE ARTE DE MATANZAS
¿A quién no le interesaría saber cómo una construcción ecléctica de mitad del siglo XIX llegó a albergar piezas de Alberto Durero y tambores yoruba? En total, más de 2 200 piezas llegadas desde distintos puntos cardinales esperan su turno para ser expuestas en el mismo lugar.
El inmueble, que un siglo atrás funcionó como Viceconsulado de Dinamarca y fue propiedad de Concepción Junco, nieta del antiguo propietario de lo que hoy es el Palacio de Junco, abrió las puertas como museo en 1998. Más tarde, en 2001, con las amplísimas donaciones del artista y coleccionista Lorenzo Padilla Díaz, quien residió en Francia y desde allí adquirió piezas, en su mayoría del acervo cultural africano, obtuvo su autonomía como Museo de Arte de Matanzas.
¿POR QUÉ ESTÁ CERRADA LA SALA?
Al sentarnos a conversar con Raúl Molina Hernández, director de la institución patrimonial, teníamos la idea de que el asunto de la Sala I, a la que el público ya no tiene acceso, correspondía a la Dirección del Museo o al área de conservación que allí poseen, tal vez un mal trabajo. Sin embargo, terminamos ante un enmarañado camino que nos llevó a arquitectos e inversionistas.
El directivo refiere que, previo a la pandemia de covid-19, el Museo estuvo en restauración; y para septiembre de 2022, con el control del número de casos y el retorno a la nueva normalidad, comenzaron los preparativos para celebrar el Evento de Museología y Sociedad.
“Al momento de abrir la Sala de Arte Universal y Cubano, para terminar la restauración de la cubierta, nos percatamos de su estado de peligro; cuando comenzaron a golpear para hacer el montaje, las paredes empezaron a estremecerse y rajarse. Entonces decidimos contactar a un arquitecto”, explicó Raúl.
EVALUACIÓN TÉCNICA Y POSIBLE SOLUCIÓN
En el Informe Técnico realizado por la Oficina de Monumentos del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Matanzas, al cual pertenece el Museo de Arte, con fecha de 12 de septiembre de 2022, figura que el techo o cubierta está formado por vigas metálicas, que pueden ser raíles de líneas, típica técnica constructiva de la época que data el edificio.
Entre estas vigas se apoyan dovelas de hormigón armado, que sostienen un relleno y un sistema de impermeabilización con soldaduras. Las dovelas, en muchos casos, se encuentran fracturadas con el acero, con gran porciento oxidado, y en otros espacios ausente, lo que llevó al desprendimiento hacia el suelo de la parte inferior de estas.
La solución planteada en el documento es ejecutar la demolición de la cubierta con medios manuales y luego proceder al apuntalamiento de la zona que se debe demoler; no sin antes haber consultado con la Oficina de Patrimonio las posibles variantes para ejecutar la obra, debido al valor patrimonial del inmueble.
PROCESO DE INVERSIÓN Y ESPERA
Darkis Chinea Pedraza es ingeniera civil y trabaja como inversionista del tan necesario proyecto. Una vez en sus manos, garantizó el comienzo de la elaboración del presupuesto, presentado al Gobierno Provincial desde el mes de abril del pasado año.
“El presupuesto se presentó al Consejo de Administración provincial, donde se aprobó un monto para el 2023. Ese trabajo siempre se presenta con un año de antelación a que sea otorgado el presupuesto final, porque debe montarse en un software, donde lo revisa el Departamento de Inversiones del Gobierno Provincial, a quienes debemos llevar modelos específicos, el proyecto y una serie de documentos que ellos piden para comenzar el proceso.
“En el mes de septiembre se terminó el monto de mantenimiento constructivo con que se contaba, que era de 219 000 pesos y, como puede apreciarse, no tan elevado para el costo que han tomado los materiales, los cuales nada tienen que ver con la preparación que se hizo hace un año, cuando un litro de pintura no costaba lo que cuesta hoy en el mercado a nivel nacional”.
En conversación con Lourdes Núñez Mena, subdirectora de Patrimonio, nos pusimos al tanto de que ya está prevista la licitación de al menos dos brigadas constructivas para enfrentar el trabajo en la primera sala del local de Contreras, pero aún preocupa la lentitud del papeleo.
LA GENTE Y LA PARADA
Realizábamos una encuesta en las calles aledañas al Museo, para detectar cuántos conocían de su existencia, cuando tropezamos con la parada más atravesada del centro histórico de la ciudad.
Este calificativo de su posicionamiento podría justificarse solamente con el hecho de encontrarse en la fachada de un museo. Preocupa también que la mayor parte de los entrevistados en la propia parada no conocieran que a sus espaldas había un local de semejante valor.
Colocarla aquí incrementó la vibración, que como consecuencia afecta la cubierta de la Sala I, perteneciente al frente del edificio que ya estaba en pésimo estado.
Cuenta el director de la institución que un buen día llegaron unos hombres con pico y pala y sin comunicarle a nadie comenzaron a romper la acera justo delante de la puerta. Luego de varias horas en un intento por negociar, desde la Oficina de Tránsito solo accedieron a correr la parada diez metros; es decir: ya no estaba en la puerta, sino en la ventana.
La aglomeración de personas en una de las arterias principales de la ciudad, los pies en la fachada, las cajitas de jugo enterradas en los diseños de las rejas y quienes llegan más allá y pretenden usar la galería como baño público, son solo algunas de las principales problemáticas.
Bielka Cantillo, directora del Centro de Patrimonio, en una carta escrita a Mario Sabines Lorenzo, gobernador de Matanzas, el 28 de noviembre del pasado año, expresó su preocupación sobre la constante emisión de dióxido de carbono que deteriora las obras y solicitó que la situación fuera evaluada cuanto antes para cambiar la parada de lugar.
Lo cierto es que continúa allí y las afectaciones que provoca aumentan de escala. Mientras, las personas que aguardan por esa guagua que los lleve a su destino tienen la opción de dilatar la espera disfrutando de la exposición de arte africano.
(Por: Laureen Batista Roselló, Maxdiel Fernández Padrón y Julio César Morales Azcón/ Fotos: Laureen Batista Roselló y Raúl Molina)