Claudio Marchisio después del retiro futbolístico se ha dedicado a plasmar sus proyecciones a través de sus redes sociales. Con agudeza publica textos profundos y placenteros de leer y, sobre todo, se le ocurren titulares filosos, atrayentes y viscerales.
En el análisis de la jornada del 26 de noviembre adjudicamos de titular la publicación de la leyenda italiana: “El Rey no está listo para abdicar”, dedicado a Lionel Messi, también hace justicia a la Francia, campeona vigente, que no derrama regularidad en el juego, pero sí talento.
«Balón al 10»
Argentina y México, ambos asumían el partido desde la obligatoriedad de alcanzar un resultado determinado: la albiceleste ganar y los mejicanos empatar, sí. El Tata Martino mandó a la cancha un fortín con muchas cerraduras e inmóvil. Extremadamente contundentes debían ser los mejicanos como para poder traumar a los del Cono Sur con una derrota.
El bloque defensivo, integrado por cinco futbolistas; los tres medios percutores sobre la salida del balón del rival; y las dos referencias ofensivas caídas hacia las bandas, esterilizadas casi todas las posibilidades de ataques de México.
El Tata sacó cuentas. Si empataba con Argentina, tendría dos puntos e iban con todo a la sorpresiva Arabia Saudita. Aquello tenía sus riesgos y el entrenador argentino los tomó, porque al cerrar la Albiceleste con Polonia, con cualquier resultado entre ambos, México avanzaba a la siguiente fase, siempre y cuando hicieran los deberes contra los islámicos.
La estrategia resultó en el primer tiempo. A Rodrigo de Paul lo secaron. El mediocentro del Atlético de Madrid no encontró la forma de hacer avanzar el balón en circunstancias favorables de ataque. Perdió muchas pelotas.
A Messi no le llegaba algún balón que pudiera profundizar para sus compañeros. Guido Rodríguez, la contención que sustituía a Paredes en este partido, tampoco andaba fino. Fue Argentina la que hizo algo en el primer tiempo, pero los aztecas se encargaron de que ese algo fuera anecdótico.
Pero casi siempre en este deporte el que sale a empatar un partido lo termina perdiendo. Después de tantas veces perder el balón Ángel Di María por arriesgarlo para intentar habilitar algún compañero. El fideo hizo llegar la pelota a Messi en el balcón del área, donde no perdona. El capitán hizo llorar al país argentino con un zurdazo esperanzador en el minuto 64.
Martino trató de enmendar su error y echó la carne al asador. Entraron los delanteros Raúl Jiménez y Antuna. Pero los argentinos que disponen de mucha más carne, tanta, que son los principales exportadores del bovino en el Mundo, sacaron a Enzo Fernández. Con golazo del jugador del Benfica se pusieron cifras definitivas de 2 a 0. También mejoró mucho el juego albiceleste Julián Álvarez que sustituyó al desconectado Lautaro Martínez.
Los dirigidos por Scaloni tendrán otra final cuando enfrenten el próximo miércoles a la selección que junto a ella venció en esta jornada del Grupo C: Polonia.
“El tri” está casi eliminado, tiene que vencer a Arabia Saudita por más de dos goles y esperar que Argentina empate con Polonia.
«Las Águilas Blancas volaron más alto que Los Halcones Verdes».
El Education City Stadium fue hoy toda una locura, los aficionados de Arabia Saudí y Polonia colmaron las gradas deseando vitorear al unísono el grito de Gooool, pero para alegría de muchos y malestar de otros ese privilegio solo lo tuvo Polonia que venció 2-0 a la selección de Arabia Saudita.
Las Águilas Blancas supieron capitalizar mejor sus opciones y al final es por ello que se llevan la victoria frente a unos inmensos Halcones Verdes, inmensos porque realmente tuvieron una gran actuación.
No creo que en términos generales Hervé Renard pueda reclamarle mucho a sus muchachos; al fin y al cabo el 64 por ciento de la posesión, el penal provocado, los 5 tiros de esquina y los 16 tiros a puerta reflejan la efectividad de su planteamiento ofensivo.
Los árabes obligaron a Polonia a resguardarse y contragolpear a través de las transiciones rápidas; la presión alta y un muy incisivo Saleh Al-Shehri sumado a los constantes desbordes de Mohammed Kanno y Salem Al-Dawsari hicieron sufrir las líneas defensivas polacas.
Parecía que el penal del minuto 45 sería la retribución del esfuerzo realizado, Al-Dawsari tuvo el gol en sus pies desde los 11 metros, era él contra Wojciech Szczesny pero el guardameta polaco había sido tocado por los dioses y no solo detuvo el penal sino también el contrarremate.
Szczesny se vistió de héroe y cuando todo el mundo en el Estadio se llevó las manos a la cabeza e incluso en la banca de Arabia ya pensaban en gritar Gol, él dijo no, se plantó frente a Al-Dawsari y detuvo no uno, sino dos disparos; Wojciech Szczesny fue el muro entre los 16 disparos árabes y la portería.
Dejando un poco de lado la hazaña del portero polaco y volviendo a hablar de héroes hay un nombre que no quiero dejar fuera, y es el de Robert Lewandowski, la figura del conjunto polaco tuvo como de costumbre un gran partido, incluso fue quien asistió a Piotr Zielinski para que pusiera delante a Polonia.
Pero lo más memorable de la actuación de Lewandowski hoy no son los tiros a puerta o las asistencias; lo más meritorio de la actuación de «Tito» llegó cuando el cronómetro marcaba el minuto 82′; llegó cuando Lewy le robó la cartera a Al-Malki en el borde del área chica y disparó a puerta para marcar el segundo gol; llegó con las lágrimas de alegría que brotaron de sus ojos nada más la pelota acarició la red, lo inolvidable del partido de Robert Lewandowski hoy es que a sus 34 años, en el segundo cotejo de su segunda cita mundialista y después de innumerables disparos a puerta, finalmente logró estrenarse como goleador en copas mundiales.
En resumen Polonia de la mano de Robert Lewandowski y Wojciech Szczesny vencieron 2-0 a una selección de Arabia Saudí que hizo todo lo posible para llevarse la victoria.
“La Francia Campeona del Mundo sigue siendo mucha Francia”
La selección gala es un diamante, poco pulido, pero diamante al fin que rutila su belleza solo en las magnas citas. Contra Dinamarca, un rival mayor, Francia se despoja del maleficio que han sufrido los campeones mundiales en las citas ecuménicas consiguientes a la del gran triunfo: quedarse en fase de grupos, como le sucedió a Alemania (2018), España (2014) y a Italia (2010). Los dirigidos por Didier Deschamps hacen la diferencia con esas naciones y clasifican para los octavos de final del Mundial de Qatar.
Kylian Mbappé volvió a mostrar lo mejor de su repertorio y con sus dos goles, Francia derrotó 2-1 a Dinamarca. El primero después de una gran acción individual y una combinación con Theo Hernández, y luego marcó el 2 a 1 mostrando su olfato goleador, tras un magistral centro de Griezmann.
El Principito está siendo el jugador más influyente en el juego de Francia. Se apoya de una brújula para saber siempre hacia donde mandar el balón. Mide los tiempos de los partidos. Siempre entrega la esférica al compañero en un lugar donde se genere peligro. Yo lo invito a fijarse en este fenomenal jugador en el próximo juego de los azules.
El equipo de Girón necesita compartir las estadísticas del superlativo mediocampista francés Aurelien Tchouameni y dejarlo sacar a usted sus conclusiones:
- 81 toques de balón
- 66 / 67 pases completados
- 3 pases clave
- 1 gran oportunidad creada
- 12 acciones defensivas (recuperaciones, intervenciones)
“Les Blues”, como se dice en francés, debieron transpirar más de la cuenta ante un rival conocido que ya los había amargado en la UEFA Nations League y que le empató este partido por el testarazo de Andreas Christensen al 68.
La dinamita roja danesa está viendo comprometida su avance hacia la siguiente fase del torneo. Está obligada a vencer a Australia por la mayor cantidad de goles posibles y mirar de reojo el otro enfrentamiento. Así que tiene que explotar la dinamita.
Los canguros con posibilidades reales de saltar a octavos
Australia venció al combinado de Tunez. No ganaba un encuentro en estos certámenes desde 2010. El triunfo fue gracias a la espectacular actuación de Mitchell Duke, que curiosamente juega en la segunda división de Japón.
El jugador con el número 15 fue un terror para los tunecinos, en una clase de desmarque, bajar a recibir, aguantarla, orientar los pases a los costados, ganar duelos, y también, marcar.
(Por: Ernesto Arturo Santana García del Busto, Carlos Javier Prado Porcena y Gráfica Dyan Barceló)