Factores de este tipo fueron señalados durante la Segunda Conferencia del Sindicato Municipal de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca en Matanzas, esa suerte de Congreso también crítico con el no aprovechamiento al máximo de los subproductos, insuficiente acopio de leche, la no explotación de la capacidad instalada de las industrias con recursos alternativos para incrementar las producciones, y poco aprovechamiento del encadenamiento productivo entre las empresas del sistema, otras entidades y los nuevos actores de la economía.
A los escollos con la materia prima se suma la tecnología obsoleta y la carencia de piezas de repuesto, que amasan cada día el pan del incumplimiento productivo en la empresas Láctea y Cárnica, en la comercializadora de bebidas, en la unidad empresarial de base de Alevinajes (Alevimt).
Todo ello revienta por la parte más débil, la del salario, muy bajo aún en un sector tan decisivo como este en la vida del pueblo, manifestó Yosvany Rivero, de la fábrica El Barquillo.
Pese a los intentos por resolver este asunto, el principal planteamiento en la Primera Conferencia efectuada hace cinco años, los ingresos no satisfacen las expectativas y provoca éxodos de fuerza calificada como maestros dulceros y panaderos, lo que pone en riesgo la calidad, reflexionó Rivero.
“Si no llegan los ingredientes, resulta imposible aumentar las elaboraciones y, como consecuencia, el dinero para que la gente nuestra gane un poco más”, lamentó, un tema ratificado por Reinier Mancha, quien expresó cómo estas situaciones afectan la gestión sindical, “es realmente muy difícil dirigir así”, advirtió.
“Estamos obligados a invertir en tecnología para garantizar el empleo y el salario de las personas y, sobre todo, para garantizar las producciones de la población”, dijo Mancha.
Al debate se sumó Jorge Luis Fajardo Casas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca (SNTIAP), para quien continúa siendo un gran problema la poca capacidad de compra del salario, “un aspecto objetivo que impide ver el efecto del incremento salarial tras el Ordenamiento monetario”, acotó.
Fajardo aportó un elemento pocas veces tenido en cuenta a la hora del debate de los salarios, y es el hecho de que la escala sigue siendo un obstáculo para lograr retribuir más dinero en este sector, históricamente signado por los pocos porcentajes en los ingresos de sus trabajadores.
En este sentido, el dirigente sindical llamó a ejercer de manera eficaz la misión de representar a los afiliados en un tema tan sensible como este. En el caso de las utilidades insistió, debe ser aprobada su distribución con el visto bueno del sindicato, de lo contrario no puede ser repartida.
Al referirse a dos preocupaciones como la distribución de ropa sanitaria y el aseo tecnológico, esclareció que está plasmado en el Convenio Colectivo de Trabajo y le toca a la administración cumplir con estas obligaciones, al igual que garantizar las piezas de repuesto.
La integrante del Secretariado Nacional del SNTIAP, Elizabeth Mulet insistió en la capacitación cotidiana sobre las 43 medidas para el fortalecimiento de la empresa estatal socialista y sus medidas complementarias para aplicarlas en el colectivo laboral. Para ello, exhortó, el conocimiento es la clave en la gestión cotidiana de la organización.
(Por: Juanita Perdomo)