Caja extra: una alternativa que no acaba de cuajar

Las extensas colas en los cajeros generan incomodidades en la población, que además tiene desconocimiento del servicio de caja extra

Las extensas colas en los cajeros generan incomodidades en la población, que además tiene desconocimiento del servicio de caja extra. Fotos: Jessica Acevedo Alfonso.

Desde hace tres días, Amiel Benítez intenta extraer el dinero de su salario. Cada mañana acude en vano al cajero automático ubicado al fondo del Coppelia, en la barriada de Pueblo Nuevo. La ausencia de personas le indica que hoy tampoco será diferente; no obstante, se acerca como tentando a la suerte. Entonces constata que otra vez la pantalla está apagada.

Le preguntamos si no conoce otra alternativa para retirar el efectivo. “Sé que puedo hacerlo en el banco, pero en las tardes trabajo, así que resulta casi imposible”, responde y se marcha resignado.

“Casi siempre cuando no tienen problemas con la conexión no disponen de dinero, y si estás de mala suerte y entra en mantenimiento te toca esperar. En los pocos bancos con los que cuenta la ciudad se forman tremendas colas, sobre todo durante los primeros días del mes. Ahora, con las dificultades que existen con la corriente, la situación se complejiza el doble, y uno se desespera”, dice Yoelbys González Hurtado, mientras aguarda su turno en el cajero de la Calle Medio esquina a Compostela.

CONTRA REALIDADES, ¿ALTERNATIVAS? 

La baja disponibilidad de cajeros automáticos representa un tormento para muchos matanceros necesitados de tener en sus carteras dinero en efectivo, para pagar bienes y servicios a los que aún no se puede acceder mediante el comercio electrónico.

En la actualidad, la situación se complejiza debido a la inestabilidad electroenergética que atraviesa el país, la cual contribuye al incremento de las largas colas y la espera ante los aparatos sin conectividad o fuera de servicio.

Datos aportados por la Delegación del Ministerio de las Comunicaciones en Matanzas dejan entrever la complejidad del asunto. En la provincia solo existen 40 cajeros automáticos, para un promedio de 0,007 cada 100 habitantes. Los municipios de Perico, Jovellanos, Pedro Betancourt, Limonar, Unión de Reyes, Jagüey Grande, Calimete y Los Arabos no disponen de ninguno.

En consecuencia, se han activado este año 124 768 tarjetas magnéticas para un acumulado de 794 105, promediando 0,9 por habitante. De ellas, el 32,5 % posee contrato de Banca telefónica, lo que significa que solo ese porcentaje puede insertarse en las diferentes plataformas de pago electrónico.

Si se añade que el 25 % de estas tarjetas se encuentran en los territorios que no poseen cajeros automáticos, entonces la caja extra y la posibilidad de pago electrónico en los centros de comercialización de bienes y servicios deberían erigirse como una tabla salvadora para la población.

Según comenta Aylín Lozano Lozano, comunicadora del Banco de Crédito y Comercio, visitar la sucursal más cercana y usar el servicio de caja o hacerlo en las oficinas de Cadeca se suman a las alternativas para obtener efectivo, en ambos casos a través del uso de Terminal de Punto de Venta o POS. 

Las bodegas forman parte de los establecimientos habilitados para el servicio de caja extra
Las bodegas forman parte de los establecimientos habilitados para el servicio de caja extra.

“También pueden extraer hasta mil pesos en los establecimientos de Comercio y otras unidades que cuentan con caja extra. Siempre deben presentar su tarjeta, carné de identidad y la cantidad que interesa, y en el caso de la caja extra se necesita disponer, además, de su celular, para poder escanear el código del establecimiento”, agrega.

Esta última prestación tiene como objetivos contar con nuevos puntos de acceso a las transacciones financieras; ofrecer una alternativa para la extracción de dinero en efectivo en el mismo lugar donde se realiza la compra de bienes o pagos de servicios; y disminuir los costos asociados a la transportación, manipulación y custodia de dinero en efectivo.

Entre sus características más importantes radica la cercanía de dichas instituciones a la población, por ello en la provincia se concibió su habilitación en bodegas, farmacias, mercados agropecuarios, restaurantes y combinados, considerados por las normas como agentes corresponsales. 

En efecto, esta sería una opción de gran utilidad si funcionara de forma sistemática en las entidades establecidas para ello.


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UNA SOLUCIÓN NECESARIA

Pese a los esfuerzos para hacer más viable el acceso de los clientes a este sistema, la alternativa “no acaba de cuajar”, frase identificativa de los cubanos cuando, después de mucho intentar algo, no alcanzamos el resultado esperado.

Seis meses han transcurrido desde que Girón abordara el tema por primera vez y aún no se perciben avances. Por más que aumente el número de entidades vinculadas, dicho servicio no se aprovecha.

Un simple recorrido por algunas de las instalaciones en que se debe materializar la medida denota que todavía no se concibe como prioridad ni de un lado ni del otro.

Por ejemplo, en la bodega La Piloto, en Pueblo Nuevo, su administrador Afortunado Díaz López confiesa que, desde que labora allí hace un mes, el Código QR presenta problemas, y no se le ha dado solución.

“Nadie ha venido a interesarse por esa opción”, añade, mientras una dependienta afirma que la cercanía de un cajero quizás le reste importancia a la alternativa.

En la bodega La Reforma, el administrador Yosluis Burey Álvarez nos confirma que la situación se mantiene idéntica desde nuestra última visita hace seis meses. “Aquí solo algunas personas pagan de forma electrónica, en su mayoría jóvenes que son los conocedores de esas nuevas variantes. De la caja extra no tengo nada nuevo, nadie la solicita”, agrega.

En las unidades El dúo y La modestia, del consejo popular Este, admiten haber recibido orientaciones para su ejecución; sin embargo, no se ha materializado dicha opción. Igual panorama muestran otros establecimientos sondeados.

La mayoría de las personas entrevistadas desconocían su existencia, y quienes lo sabían tampoco han hecho uso de ella, muchas veces porque las bodegas no disponen de efectivo o porque existen trabas por parte del personal encargado de operar el servicio.

Las cifras generales corroboran que la iniciativa no marcha sobre ruedas. De los 187 establecimientos que en la provincia se encuentran habilitados para tales fines, solo han funcionado 48, para el 26 %. En esas entidades se han efectuado 880 operaciones por un monto de 657 635,20 CUP.


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Sobresalen en dicha actividad la Empresa de Comercio de Matanzas y la de Comercio y Gastronomía de Colón. Les siguen la UEB de Gastronomía de Varadero y la Empresa de Comercio y Gastronomía de Los Arabos.

La caja extra también ha sido desaprovechada por organismos que, aún con posibilidades, se niegan a instaurarla. Carlos Vázquez Zamora, delegado del Ministerio de las Comunicaciones en el territorio, insiste nuevamente en que se trata de un mecanismo ventajoso para ellos. “Quienes dispongan de él reciben del banco cinco por cada mil pesos, más otro adicional por cada operación; o sea, seis pesos en total”.

¿Por qué entonces el rechazo? Si bien lo nuevo, o en este caso diríamos que lo desconocido, tiende a generar resistencia, resulta evidente que ha faltado el seguimiento y el control sobre su marcha; así como la exigencia a los renegados para implementar una opción que devino paliativo en la compleja coyuntura actual.

Fijarles un plazo para que se incorporen y de esta manera contribuyan al bienestar y la comodidad del pueblo pudiera figurar entre las acciones a desarrollar por los responsables de su implementación. Otra manera de estimular su uso sería la socialización de las buenas prácticas.

El nivel de bancarización, por otra parte, evidencia que esta actividad debe ser reanimada tanto en el despliegue de las plataformas digitales de pago en los centros de comercialización de bienes y servicios que aún no lo poseen, como en el empleo de los que sí. Ni el desconocimiento ni la burocracia, ni el desinterés, deben convertir en un problema lo que surgió como solución. La caja extra resulta, sin lugar a dudas, una prestación necesaria en estos tiempos.

(Por Jessica Acevedo Alfonso y Miriam Velázquez Rodríguez)

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