Más de 540 mil votantes matanceros están convocados a participar en el referendo popular del Código de las Familias. Fotos: De la Autora
La parsimonia del domingo ha quedado rota desde las primeras horas de la mañana. Un ajetreo inusual irrumpe en la tranquilidad de la Ciudad de los Puentes. Desde las seis de la mañana sus habitantes circulan por las desiertas calles. Algunos hablan de Ian, la tormenta tropical que amenaza con convertirse en huracán y es un peligro inminente para los pobladores del Occidente de Cuba, aun cuando se ha inclinado el cono de trayectoria.
Las luces de algunos locales transgreden el nublado amanecer. De la mano del abuelo Rigoberto llega la pequeña Camila Maité Morales, con su uniforme impoluto a la escuela primaria Mariana Grajales que hoy acoge al colegio número 3 de la circunscripción 21 del Consejo Popular Playa. Allí la reciben otros pioneros que también han madrugado para cuidar las urnas.
Con apenas 11 años me confiesa que esta es su segunda experiencia en cuestiones de referendo. La primera fue cuando se votó por la Constitución de la República en 2019. “Ahora es por el Código de las Familias”. ¿Sabes algo de eso?, le pregunto. Mientras con una sonrisa oculta tras el nasobuco y expresada en sus ojos negros me dice que los niños tendrán más derechos.
Ella quizás no imagine que hoy vive Cuba una jornada histórica, pues por primera vez, en ejercicio de democracia absoluta, se somete a referendo popular un Código de las Familias, norma jurídica que, de aprobarse, proporcionaría derechos a sectores no visibilizados antes en nuestras leyes.
Muy cerca en el círculo infantil Esperanza de América, donde radica el colegio electoral número 4 de la circunscripción 21 de las zonas 121 y 178, la joven Daniela de la Caridad Veliz Hernández, forma parte por primera vez, como suplente de una mesa electoral. “Mi mamá lo había hecho antes en otros procesos y al conocer que se necesitaban personas para apoyar me brindé porque al final es mi aporte a mi país”, dice mientras organiza los listados de los votantes.
Allí como en los mil 501 colegios electorales habilitados en la provincia, desde las seis de la mañana, se ultimaban los detalles para desarrollar las votaciones. Publicar los listados, situar a los pioneros, que los miembros de la mesa electoral tomen posesión de sus cargos, son algunas de las cuestiones organizativas desarrolladas antes de abrir sus puertas.
Desde bien temprano trabajan por garantizar el éxito del referendo pioneros, colaboradores, supervisores, autoridades electorales, comisiones electorales de circunscripciones, grupos de procesamiento de la información… rostros visibles de este acontecimiento sin precedentes en la historia del Derecho en Cuba.
Justo a las siete de la mañana suenan las notas del Himno Nacional. Ante la presencia de los primeros electores se sella la urna vacía que recogerá el sentir de los matanceros. Unos minutos pasada las siete de la mañana Ramón López Rodríguez se convierte en el primer votante de este colegio.
“Vengo tan temprano porque, en primer lugar, es mi compromiso con la Revolución y en segundo lugar porque hay que seguir luchando por la unidad del pueblo. Con este voto de gran significado para la sociedad cubana apoyo este Código tan importante para las familias”, dice.
Hoy estaremos definiendo eso: la oportunidad de creer en una sociedad más justa, inclusiva, sin discriminaciones y con menos violencia. Hoy estaremos votando por el derecho de muchos a ser felices.