De La Lisa a Matanzas: La botica de la abuela

Gracias a La botica de la abuela, muchos yumurinos pueden encontrar allí el espacio para solventar afecciones de salud.

En la Casa de la miel, ubicada en la céntrica calle de Medio, en la ciudad de Matanzas, además del delicioso alimento elaborado por las abejas —en ocasiones, acompañado de propóleo o vitamina C—, se pueden adquirir otros productos de la medicina natural y tradicional, fruto de un convenio entre esta entidad y el capitalino proyecto de desarrollo local denominado Flora: La antigua botica de la abuela.

Al decir de Yanitza Pérez Castro, dependienta y almacenera de dicha unidad, la aceptación es muy buena, aun cuando no se expenden con la misma rapidez que los confeccionados a base de miel, lo cual sucede por el desconocimiento de las personas en relación con su uso y hasta de la misma iniciativa adoptada por la apicultura matancera.

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“Los digestivos, en particular los indicados para el estreñimiento; los relajantes para dormir y sedar; así como aquellos que se toman con el propósito de disminuir peso corporal, figuran entre los más demandados”, aduce. No obstante, allí también se puede hallar desde un anticatarral hasta un circulatorio o diurético.

Sobres que contienen la mezcla de varias plantas sirven para tratar diversos problemas de salud. Así, por ejemplo, cuentan con Respil, un anticatarral que contiene romerillo, yagruma, orégano, romero o copal, flor de majagua y anamú.

Sin dudas, una alternativa con evidencia científica ante la compleja situación que hoy exhibe el cuadro básico de medicamentos.

El doctor Rodolfo Arencibia ha dedicado su vida al estudio de las plantas medicinales y a su empleo efectivo en el tratamiento de diversas afecciones. 

RESCATE HACIENDO CIENCIA DE LA TRADICIÓN

En un estand de los presentados recientemente en el Festival Internacional Varadero Gourmet, en el Centro de Convenciones Plaza América, este equipo de Girón encontró al doctor Rodolfo Arencibia Figueroa, creador del proyecto Flora: La antigua botica de la abuela.

Ubicado en el consejo popular Punta Brava, en el capitalino municipio de La Lisa, se dedica al procesamiento de plantas medicinales, aromáticas y condimentosas. Asegura él que son todas completamente agroecológicas, provenientes de la finca destinada a este fin en el Ministerio de la Agricultura.

Por su calidad y efectividad, resultado de muchos años de estudio, sus elaboraciones trascendieron de las tres farmacias patrimoniales de La Habana en las que se expenden, a otras localidades del país, entre las que figura la cabecera yumurina. En nuestra provincia, además de la citada Casa de la miel, es posible obtenerlos en una farmacia comunitaria de Unión de Reyes.

“Intentamos colaborar con el rescate de una tradición que data de muchísimos años, por eso siempre decimos: ‘Rescate haciendo ciencia de la tradición’. Se trata de productos que por lo general están en nuestras casas. Es muy difícil que una abuela, abuelo u otro familiar no haga una tisana ante determinado síntoma de salud”, dice el doctor.

Asegura que disponen de preparados que actúan como complementos para tratar disímiles padecimientos. Lideran la demanda aquellos destinados a los problemas respiratorios y digestivos, lo cual guarda relación con las principales afecciones que padece la población.

También se dedican a la producción de sazones bionaturales para quienes no deben consumir condimentos químicos. Asimismo, la cúrcuma, el jengibre y la menta, por citar algunas especies, se usan como aromatizantes, incluso, en la coctelería, como es el caso del mangle rojo que aporta coloración. “De esta manera la hacemos más saludable”, afirma.

UNA LOABLE ALTERNATIVA

En la Casa de la miel, Yanitza muestra los sobres con las plantas verdes y secas a los clientes, les explica su utilidad y de ser preciso hasta el modo de prepararlos. A ello suma los detalles de las recomendaciones médicas, por lo que las personas salen de allí satisfechas con la atención.

Gracias a la contribución de La botica de la abuela y el interés mostrado por la apicultura matancera en la obtención de estas fórmulas, que al igual que la miel tienen fines medicinales, muchos habitantes yumurinos pueden encontrar allí el espacio esencial para solventar diversas afecciones de salud y, por qué no, también si su deseo es contar con la materia prima para preparar un buen té. (Fotos: Ramón Pacheco Salazar)

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