Uno tiene noción de la voracidad del fuego, de sus lenguas que devoran todo a su paso; pero estos días cerca de la Zona Roja han revelado su poder en otra dimensión mucho más dolorosa. Estructuras consumidas por doquier arman un escenario comparable con las obras surrealistas. Allí donde reinó la desesperación y la incertidumbre, hoy la calma va ganando terreno y nuevas fuerzas trazan planes para hacer resurgir el futuro.
En la base de Supertanqueros de Matanzas, las llamas borraron lo tangible, pero no pudieron impedir que florecieran el valor y el heroísmo.
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