“Permaneceremos aquí hasta el final”

Fotos: Del Autor

El capitán Alain Rodríguez Vázquez sostiene un largo tabaco en sus manos. Aunque permanece apagado sostenerlo o morderlo con los labios le relaja, según dice.

Desde hace cuatro días se encuentra en el área de desastre. “Cuatro jornadas trabajando ininterrumpidamente, mucho tiempo, mucho desgaste, mucha temperatura, mucha llama. Es un trabajo bastante agotador”.

Por unos instantes se sienta en una de las grandes tuberías que afloran por todo el sistema de oleoductos de la Base de Supertanqueros de Matanzas.

El jefe de Comando 16 de la Refinería de La Habana lleva en uno de sus bolsillos un comunicador portátil. Lo extrae para establecer comunicación:

-Capitán, no ha llegado el otro camión cisterna- expresa una voz agitada desde el aparato. El oficial mira en derredor y localiza el vehículo y le señala la dirección hacia donde debe moverse.

– Ya se dirige hacia allá-responde.

Cerca de él varios bomberos velan por el buen funcionamiento del sistema de mangueras que distribuyen el agua a las áreas más comprometidas.

“En este sector específicamente garantizamos el suministro de agua a los sectores de combate desde donde se enfrenta directamente el incendio. Velamos porque los tendidos de mangueras lleven el agua y las sustancias extintoras para que las técnicas que están laborando allá puedan seguir combatiendo. Es como una cadena de apoyo”.

A los hombres de este sector lucen extenuados. Sus rostros están ennegrecidos por la constante exposición al humo y al fuego. Aun así logran correr si el sistema se desconecta. Con agilidad maniobran las mangueras de más de 50 metros, muchas veces llenas de agua.

Las capas, las botas y los aditamentos que les protege pesan demasiado. Avanza sobre el lodo y el petróleo derramado. A poca distancia de ellos se encuentra las oficinas de la Empresa Comercializadora de Combustible. Hasta sus paredes llegaron las llamas.

“A nuestros comandos se le nota el agotamiento. Nosotros usamos un equipamiento que pesa, el calor también fatiga demasiado y nos agota. Por eso tenemos que ir hidratándonos y relevándonos cada cierto tiempo, el descanso está planificado”.

Desde las primeras horas se trasladó desde La Habana al lugar del siniestro. Siempre ha sido así, van a donde haga falta.

Reconoce que con 18 años de experiencia nunca había participado en un incendio de esta magnitud, “y he participado en varios de grandes proporciones.

“He sentido miedo, para mí es una autodefensa que me permite tomar las medidas de seguridad y protección. Quien te diga que no sienta miedo en esta actividad miente. Miedo sentí y bastante”.

En su capa protectora se puede apreciar restos del fuego. “Durante cada explosión pensé en mis hijos, y en la tropa que yo dirijo. Pero este es nuestro trabajo, somos los que tenemos que estar aquí y sobreponernos a todas estas cosas».

“Me salvó la capa, en cambio mi camión no lo logró. Quedó dentro del fuego. Yo mismo me vi soltando humo. Se perdió la técnica y en mi tropa dos bomberos sufrieron lesiones, pero se salvaron”.

“La familia se preocupa pero estamos cumpliendo con nuestro deber. Nosotros somos los que tenemos que estar aquí, y permaneceremos hasta el último momento”. 

Lea también:



Recomendado para usted

Foto del avatar

Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *