Desde los primeros momentos el Dr. Moreno y su equipo de trabajo acudieron al llamado de urgencia y no abandonaron su puesto profesional. No hubo demora, todos bien clasificados según lesiones.
Especialista en Caumatología (ciencia que estudia y atiende al paciente quemado), el doctor Raúl Moreno Peña apenas ha tenido tiempo desde el viernes último a la fecha para conversar con la familia, se lo ha impedido la atención a los damnificados por los incendios en la base de tanques de petróleo crudo nativo de la División Territorial de Comercialización de Combustibles de Matanzas.
Lo avistamos en funciones profesionales frente a las camas de los cuatro pacientes que todavía permanecen en la sala de quemados del Hospital Provincial Clínico-Quirúrgico Docente Dr. Faustino Pérez Hernández. Minutos después atiende al equipo de Girón en una habitación contigua.
“El trabajo resultó intenso desde el primer momento que, luego de ser llamados, acudimos con urgencia al centro por las vías que pudimos: a pie, bicicletas, motores, vehículos alquilados, trasladados por vecinos, amigos, etc».
“Todo el personal de servicio a quemados, intensivistas, con apoyo de nuestros colegas de todas las áreas, acudimos debido al tipo de lesionados que se iba a recibir, así como su cantidad y magnitud. Sin perder un segundo nos consagramos a nuestro deber, curarlos para salvarles la vida».
“Nunca pensamos que fueran tantos, más de 100, por lo que de inmediato comenzamos a clasificarlos en medio de sus dolores, gritos, que nos llegaban muy adentro, porque podíamos imaginar cuanto sentían y sufrían».
“Fueron clasificados según la gravedad de sus quemaduras, aunque la mayoría eran leves y los enviamos al área de consultas externa, donde recibieron las primeras curas y fueron devueltos a sus respectivos hogares. En lo adelante deben venir al hospital lunes, miércoles y viernes para continuar el tratamiento. Ahí estaremos, junto al personal de apoyo para mejorar su estado físico de forma gradual».
Los casos más severos en cuanto a gravedad, con peligro para la vida, fueron evaluados y remitidos de inmediato a centros hospitalarios de La Habana, junto a otro grupo que posteriormente también tomó esa vía para ofrecerle, como a los que quedaron acá, las atenciones indispensables, como así ha ocurrido y varios ya están fuera de peligro. Otros se mantienen en una batalla constante por la vida con apoyo del personal médico y de la ciencia.
“En cuanto a los recursos indispensables, en ningún hospital de Cuba existen tantos, porque siempre se tienen para lo habitual, al máximo de cinco a 10 casos, como es lo habitual. Pero, reitero, ante la magnitud del siniestro, se buscó la ayuda de otros hospitales, en almacenes, provincias, y aparecieron. Ni un solo paciente dejó de recibir la atención médica integral requerida, leves y graves».
“Además, en lo profesional, contamos con el apoyo de colegas de La Habana, así como de México. Estos últimos llegaron de la tierra azteca para apoyar a su personal que acudieron a sofocar los incendios, pero también a los quemados cubanos, junto a enfermeras y asistentes».
“En la actualidad tenemos a un paciente en calidad de crítico extremo en terapia intensiva, mientras que los cuatro antes mencionados deben permanecer aquí por espacio de 20 días para ser tratados directamente en la sala».
“Es nuestra primera experiencia en 21 años como especialista en Cirugías Plásticas y Caumatología, por lo que no estábamos preparados, aunque sí en teoría. Estuvimos en casos de hasta 10 pacientes, pero 100 o más, nunca. Por suerte la mayoría son leves”, manifestó el doctor Moreno, al que, dijo, queda mucho por aprender y enseñar a las actuales y futuras generaciones de especialistas como él».
Estamos seguros de que sus conocimientos, experiencias y manos constituyen bálsamo y estímulo para que cada lesionado asistido por él y su equipo piense siempre en que la vida continuará.
