El legado

Para Raúl Roque Montenegro, su consagración a las artes marciales ha sido un hecho natural, más bien innato, pues tiene la certeza de que sus ancestros le guiaron a esta obra que ha prevalecido durante tantos años. Él es un cubano enamorado de la cultura china, o, mejor dicho, un ´chino-cubano’.

Gracias a esta entrevista comprendí mejor por qué la cultura cubana es un «ajiaco» e incluso aprendí algo nuevo de la historia matancera, pero lo más importante: me contagié de ese profundo deseo de conservar nuestras tradiciones.

¿Cuándo surge esa curiosidad por las Artes Marciales?

Entonces a los siete decidí probar otros estilos de origen chino en la escuela Julio Pino Machado. Experimenté, además, el boxeo ´´Nam Pai´´ bajo la enseñanza del maestro chino Huang Yu Wen quien introduce en el país estas corrientes del Kung Fu del sur, y enseguida despierta en mí la ilusión por estas artes.

Veo que tiene un amplio recorrido en el área de las artes marciales, ¿también posee conocimiento del idioma chino?

Sí, y todo comenzó gracias a que mi abuela me regaló un libro de idioma chino llamado Hanyu Rumen (Introducción al idioma chino), con el cual, empíricamente, empecé a estudiar el idioma.

¿Cuál es la esencia de la Asociación Nacional Hong Men Min Chih Tang a la cual pertenece?

Tiandihui (la Sociedad del Cielo y la Tierra), también llamada Hong Men (la Gran Familia), es una organización fraternal china que hoy en día mantiene un vínculo directo con la República Popular China.  

En esta entidad cultural se promueven las tradiciones cantonesas, donde se enseña a sus miembros, principalmente, la Danza del León, las Artes Marciales, el idioma cantonés, el arte culinario y la ópera.

¿Dónde se encuentra ubicada su sede principal?

La sede principal de Cuba reside en el icónico Barrio Chino de la Habana. Cuba fue la segunda sede de su tipo, junto a la de San Francisco, California (EE. UU), nuestra filial principal.

¿Qué función desempeña dentro de la asociación?

En el año 2019 la Sociedad China Nacional Hong Men Min Chih Tang me entrega la misión de organizar a los descendientes de la provincia de Matanzas donde hoy, se suman más de 81 organizados y activos.

Además, como dato general te digo que Cuba tuvo la primera inmigración china en América, y también la más grande. En el caso de Matanzas, del año 1948 al 1949 se produjo una fuerte inmigración de chinos contratados como mano de obra barata. Supuestamente, se les ´´prometía´´ pagarles dinero por su trabajo, dinero con el cual muchos ayudarían a sus familias. Luego, se les dijo, al concluir el contrato podían regresar a su patria, sin embargo, no sucedió así y terminaron convirtiéndose en esclavos. De esta forma, varios de ellos se fueron asentando gradualmente en la ciudad matancera.

Sobre la asociación que dirige, ¿Puede cualquier persona formar parte de la asociación o se requiere algún requisito?

Para ser miembro de esta sociedad debes ser chino natural o descendiente, después solicitas un ingreso a la misma y esperas a ser aprobado. Mi caso fue un poco gracioso ya que ni yo mismo sabía que era descendiente. 

Relata que, durante una charla con su abuelo, este desde la espontaneidad, le había comentado que su familia provenía del sur de China, (Cantón). 

Mi bisabuela Cira era hija de un chino. Ella, junto a mi abuelo Andrés y su hermano que había fallecido (Tano), se criaron en este núcleo y luego la familia se asentó en la Huerta del Pompón, en el barrio de La Marina en Matanzas. 

¿Cuáles logros ha cosechado a lo largo de su carrera?

Entre los principales; he sido el primer cubano presente en el salón internacional de la fama en las artes marciales. He salido en varias revistas. También, fui el primer juez cubano en el campeonato de artes marciales de México, en el campeonato internacional de Argentina y fui el jefe del panel de jueces.

Pero para él, el mayor logro es el apoyo que recibe de su familia y amigos: «Ellos son el pilar y sustento de mi labor, son ese puntal que indica y señala mi trayectoria, son ese vínculo inseparable entre el ser y el yo». 

Así como los refranes populares: «Me hablaste en chino», «Si no te cura el médico chino, no te cura nadie», y el más usado por los cubanos: «Me la pusiste en China», se han arraigado a nuestra cubania, el maestro Raúl busca integrar los valores de esta cultura milenaria en nuestra sociedad, a través de la gestión de las prestigiosas asociaciones que representa y que sin duda, fortalecen los lazos de amistad entre China y Cuba. 

(Por: Alexandra García Chaviano)

Recomendado para usted

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *