Si alguien me hubiese dicho que el posible último partido de una final en el mayor espectáculo deportivo de Cuba se iba a definir a las 10 de la mañana, daría ese hecho por imposible, descabellado, cuando menos.
El sexto y decisivo partido de hoy entre Alazanes y Cocodrilos fue víctima de la lluvia y se decidió su continuación este martes a las 10 de la mañana.
Para nadie es un secreto que ese horario es el menos favorable, pues limita la asistencia de público al estadio y a quienes pueden verlo por televisión, así como el desgaste de los peloteros en un horario de mayor temperatura sobre todo en la región más caliente del Oriente cubano.
Según el reporte desde la sede del periodista Norland Rosendo del diario Juventud Rebelde, a las 5 y 30 continuaba lloviendo en la ciudad de Bayamo por lo que es bastante difícil que el terreno esté en condiciones óptimas y dignas de una final.
Rectificar es de sabios y cuidar por encima de calendarios y reglamentos el béisbol cubano, es ante todo deber de las autoridades de este deporte en el país.
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La pelota a las 10 de la mañana, y si pasa como el viernes, que ni retrasmitieron el juego, ademas de las lamentables afectaciones eléctricas, indudablemente el juego es para unos pocos. Cuanto lo siento