El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, anunció este martes que no asistirá a la Cumbre de las Américas que se realizará en Los Ángeles en junio, mientras mandatarios como los de México y Bolivia han condicionado su presencia en el foro.
Estados Unidos, anfitrión de la cita, criticó el martes la designación de la fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, por cuatro años más, pese a que el Departamento de Estado la incluyó en una lista de “agentes corruptos”.
Los comentarios del Departamento de Estado no fueron bien recibidos por Giammattei. “No me van a invitar a la cumbre. De todos modos yo mandé a decir que no voy a ir”, sostuvo el presidente de Guatemala.
“Se lo dije y lo repito al embajador de esa nación [EE.UU.], que este país [Guatemala] podía ser de este tamaño [pequeño], pero que mientras yo fuera presidente, a este país se le respetaba y se le respeta la soberanía”, afirmó el presidente, durante una actividad de la embajada de México en su país.
Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y de Bolivia, Luis Arce, ya han anunciado que supeditan su asistencia a que no haya exclusiones.
“Reafirmo que una Cumbre de las Américas que excluye a países americanos no será una Cumbre de las Américas plena, y de persistir la exclusión de pueblos hermanos, no participaré de la misma”, dijo Arce recientemente.
“Si se excluye, si no se invita a todos va a ir una representación del gobierno de México, pero no iría yo, me representaría el canciller” Marcelo Ebrard, había adelantado por su parte AMLO.
Estados Unidos decidió excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la IX Cumbre de las Américas, prevista para los días del 6 al 10 de junio próximo en la ciudad de Los Ángeles bajo el lema “Construyendo un futuro sustentable, resiliente y equitativo”.
El canciller Bruno Rodríguez Parrilla ya había denunciado la exclusión de La Habana por Washington de los preparativos del foro y la presión ejercida sobre Gobiernos vecinos que se oponen a esa postura.
El jefe de la diplomacia cubana aseguró que evitar la presencia de Cuba en esa reunión sería un grave retroceso histórico e iría en detrimento de los objetivos de concertación.