¡Y por fin el sufrimiento acabó! Con una tabla de posiciones reñida de principio a fin, con ausencias más que sensibles, determinantes y numerosas, los Cocodrilos de Matanzas están por décima vez consecutiva en la postemporada de la pelota cubana.
Y hacían falta muchas cosas, sí; ofensiva oportuna, estabilidad sicológica, la conga, la mascota, los aplausos y la gente, sobre todo la gente, esa que apoya, anima y también critica pero con amor a un equipo que ha dado muchas alegrías.
Varias derrotas costosas dejaron en un hilo la clasificación en múltiples ocasiones en las que sacar cuentas y ver perder a los rivales era la única esperanza.
La fortuna también hizo lo suyo, pues en los momentos más tensos esos rivales directos caían en sus respectivos compromisos y mantuvo a flote a la tropa de Armando Ferrer.
Hoy no hablaremos de números, pues son los hombres y su valor los que cuentan esta historia de 75 partidos sufridos, peleados y vueltos a pelear una y otra vez.
Cuando todo parecía gris y la conga no sonaba y los aplausos eran pocos, poquísimos, algo sucedía en las mentes de esos peloteros que parecían presionados en el plato y frustrados con cada error y con cada derrota.
La estrategia fue ganar partido a partido, pensar en el día a día y darles protagonismo a los líderes que en el banco impulsan el entusiasmo y el trabajo en equipo.
El cuerpo de dirección de la nave yumurina supo encausar a sus piezas y hoy se pueden sentir satisfechos de lo logrado, sobre todo en el plano sicológico el cambio es trascendental.
Palmas aparte merece el staff de pitcheo que en esta contienda se mostró como nunca antes e hizo más seguro cada paso en el camino hacia los play off.
Los que se fueron, no regresarán para esa etapa tan difícil que se prevé comience a finales de mayo, por lo que los que ayer consiguieron la hazaña, serán los que están llamados a continuarla.
No será nada fácil, hay equipos fuertes sin tantas ausencias que históricamente le juegan muy bien a Matanzas; tal es el caso de Granma, el actual Campeón Nacional, y Las Tunas que a estas instancias se transforma en un peligro.
Crecerse les toca en el terreno, creer que sí se puede y que siguen siendo el equipo fuerte y estable, el de los cuantiosos podios y el reciente campeonato es tarea que debe continuar. Ya están, ahora ¡a pelear! (Fotos: Carlos Javier Prado)