Angiólogo cardenense en pleno proceso de curación de una úlcera en el empeine del paciente diabético. Fotos: Cortesía familiar
El paciente observa las manos que curan la úlcera en el dorso (empeine) de su pie diabético. Crecen en él seguridad y la esperanza de volver a caminar. Lo experimenta cada día al ver las mejoras.
Lázaro Bazail Moreno, joven residente en la especialidad de Angiología en el Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Dr. Faustino Pérez Hernández, contribuye, con exquisito hacer y profesionalidad, a esa confianza.
Especialista en Angiología y Cirugía Vascular, condecorado con el Premio al Mérito Científico, prefiere los útiles de su labor al reto de enfrentar al reportero. Imperan en él sencillez y modestia. Virtudes que lo acompañan ante cada enfermo, a quienes jamás dice no, como fiel cumplidor del juramento Hipocrático.
Como el tiempo es escaso y constantemente se requiere de su presencia en el hospital, este hijo, natural de Cárdenas, accedió a una entrevista.
-¿Qué determinó que te inclinaras por la carrera de Medicina?
-Siempre quise ser un hombre de ciencia. Determiné que lo mejor era brindar salud, salvar vidas. Desde el preuniversitario tuve bien definido estudiar la carrera de Medicina.
-¿En qué momento surge la vocación por la especialidad?
En el segundo año de la carrera integré las filas del Movimiento de Alumnos Ayudantes Frank País, en la especialidad de Angiología y Cirugía vascular.
“En el quinto curso tengo la posibilidad de ser interno vertical, con el propósito de vincularme más con las prácticas, pues las rotaciones del siguiente están relacionadas con dicha modalidad, a fin de desarrollar habilidades.
“Yo no pretendía ser vertical, no estaba convencido, tenía mis dudas. Pero como parte de la rotación de Salud Pública siete alumnos acudimos a la escuela primaria República de Argelia, en Cárdenas, a inspeccionar la sanidad de la misma.
“Al concluir y pasar por un parque cercano escuché que una persona me llamaba por el apelativo de médico. Acudí y me pregunta si estudiaba Medicina. Asentí, entonces me dijo: ‘Soy el doctor Morell, angiólogo y cirujano vascular, cumplí 94 años’. Mostró su carné de médico, me comentó sobre su hacer profesional y sin apenas dejarme hablar, me entregó su tarjeta de presentación. Manifestó que, de interesarme la especialidad, estaba dispuesto a ayudarme».
“Le expliqué mi condición de alumno-ayudante. Y si hasta ese momento no estaba convencido de hacer la residencia en Angiología, ese fue el comienzo. Nunca olvidaré ese momento con el Dr. Morell, delante de un frondoso árbol. Agradecido estoy”.
-¿Apoyo profesional en aulas e instituciones médicas?
-He sido afortunado al respecto. He contado con profesores excelentes en conocimiento y entrega para encaminarme. Son incontables. Ada Machín en el preuniversitario, los doctores Grethel Ribot, Julio Iglesias (padre e hijo), Yordanys Fontes, Yarelis, Koyen Chi, Amaury, Edel, Alina, Fernando Martorell y Miguel Ángel, con perdón de quienes no recuerdo sus apellidos, pero reciban mi eterno reconocimiento”.
-¿Cuán difícil es ser médico?
-Debes sumar disciplina, vocación, entrega total, constante estudio y aprendizaje. Considerar a cada persona como uno mismo, padres y familia. Todos merecen similar atención, cuidado, aprecio. Responder al título desde que lo obtienes hasta el final. Siempre se es médico, tanto dentro como fuera de un centro hospitalario.
“En la residencia, adaptarse, resultó difícil, pues pasas de ser estudiante a galeno y por consiguiente a tener responsabilidad legal. En la carrera la rotación por Angiología es corta, y el plan de estudio no abarca la mayor parte del contenido necesario para saber cómo se enfrenta un especialista en esta materia. Hay que estudiar mucho, mucho”.
-¿Solo angiólogo?
-No. Estuve entre los recién graduados llamados a apoyar las labores en tiempos difíciles por el azote de la pandemia de la covid-19. Nos dijeron que sería por siete días, pero estuvimos tres meses de servicio en la Zona Roja del Hospital Militar Mario Muñoz Monroy, de Matanzas. Vivimos momentos muy tensos agravados por la tormenta tropical Elsa, de tránsito por Cuba. Era julio de 2021”.
-¿Acerca de la interrelación con los pacientes?
-Constituyen la razón de ser de nosotros, por ello hay que atenderlos con esmero y delicadeza. Sentimos que le devolvemos la fe en que de nuevo andarán por sí mismos. Somos la esperanza de su cura. Con ellos mucha empatía, sensibilidad. Cada uno es diferente, particular. Esto nos enaltece, porque es el fruto de nuestra consagración.
-¿La familia, qué papel tiene en su hacer profesional?
-Incondicional. Padres, tías y, en especial, mi novia. Unidos en cualquier momento y circunstancia. Qué más puedo pedir.
-¿Hasta dónde llegará?
-Al título de Doctor en Ciencias Médicas, con categoría docente. Conocimiento que permitirá estudiar, investigar y aplicar mayor saber a cada persona, para de esta forma lograr su recuperación total.
Lea también: Matanzas con cero contagios por Covid-19 por vez primera en el año
Mi primo eres un ejemplo a seguir siempre tan humilde y humano, eso es algo que es inhato en ti, por eso tienes derecho a seguir adelante y lograr lo que te propones. Siempre seguirás estudiando y avanzando. Te queremos es un orgullo leer y ver lo que has ganado con respeto y dedicación. Gracias a todos