El pasado 19 de abril cumplió 30 años un proyecto matancero que surgió “no solo para formar artistas, sino hombres y mujeres integrales, con valores, que amen la cultura, que se interesen por ella”.
Reparadores de sueños, dirigido por el reconocido instructor de arte René Quirós, arriba a sus tres décadas, con varias generaciones de niños formados bajo la impronta de su escuela como mejores seres humanos.
En la Sala White de la ciudad yumurina, donde se encontraban el Centro Provincial de Casas de Cultura y el Departamento de Desarrollo Artístico del Movimiento de Artistas Aficionados, se gestó la semilla.
“Empezamos con un programa que se llamaba Payasada, —rememora el maestro Quirós—. Era una época muy dura para la actividad cultural, debido al Período Especial, y resultaba difícil obtener alguna pintura u hojas para los muchachos. Ideamos hacer este taller del que luego derivó el Proyecto”.
Los resultados de esta cantera pueden verse en casi todos los espacios teatrales de Matanzas. Grupos como Papalote, Icarón, Estaciones o El Portazo cuentan en sus filas con algunos de los antiguos “reparadores”.
“Para un artista resulta satisfactorio que un discípulo pueda alcanzar altos niveles en su desempeño. El taller les dio a estos jóvenes una experiencia desde el punto de vista de la cultura. Los que luego serían instructores adquirieron ese contacto con las personas, esa idea de formar. También una visión del arte más altruista, sobre todo se perdió un poco el egoísmo; ellos están más al servicio de la comunidad, de lo que se puede entregar al otro.
“Dicen por ahí que tengo una escuela, no lo creo así, me queda por aprender muchísimo a pesar de mi edad, pero algunas personalidades de la cultura y del teatro dicen que mis alumnos responden a esa escuela diferente, no llena de egocentrismo, de autosuficiencia, sino de ser buenos y saber hacer las cosas de la manera más positiva”.
Igualmente, a este maestro de generaciones le complace haber logrado que las familias se unan al trabajo y empiecen a ver el desarrollo artístico de los niños como parte de una formación integral.
“No importa si al final el muchacho no labora en el ámbito de la cultura, puede ser un profesional o un carpintero, pero lo que hace, allí donde esté, lo hace con amor, busca la belleza, sabe comportarse.
“El Comandante en Jefe Fidel Castro decía que nosotros, los instructores de arte, somos los médicos del alma. Los galenos salvan el cuerpo, pero nosotros salvamos el espíritu. Creo que en Reparadores de Sueños está reflejado eso, los valores. Además, contamos con el reconocimiento del pueblo, algo extraordinario que hace pensar que no se ha trabajado en vano”.
Cuando habla de los retos, Quirós no duda en afirmar que a pesar de la edad continúa soñando nuevos propósitos todos los días y seguirá haciéndolo hasta el fin.
“Deseo que esta nueva generación de reparadores de sueños se mantenga a la altura de las anteriores, a pesar de que los tiempos han cambiado. Nos proponemos avanzar con nuestro trabajo en la comunidad, integrar sus tradiciones y rescatar la identidad del lugar donde vive la mayoría de los miembros, las alturas de Simpson. Ya no queremos ser solo niños, adolescentes y jóvenes, sino incorporar también a adultos. Nuestro objetivo siempre será buscar la transformación del ser humano a través del arte”.