Los matanceros Julio César Cárdenas y Roamy Alonso mantienen sus contratos internacionales con seleccionados franceses de voleibol para la temporada 2021-2022, según informó la Federación Cubana de esta disciplina deportiva.
Julio César (1,90 m), atacante-receptor, con solo 20 años, descuella por su impetuosidad en el Mondoflex, su pavimento deportivo, además, es inteligente y de notable saltabilidad y movilidad, con lances espectaculares cuando se precisa, por lo que es considerado un atleta líder.
Regresa al país galo para reinsertarse en la nómina del club Tourcoing, con el que acumula buenos resultados. En el campeonato anterior cayeron en la discusión del pase a semifinales frente al Cannes, campeón absoluto al doblegar en la gran final al Chaumont, sexteta esta última de Roamy, en la que se desempeña como jugador central.
Lo curioso fue que los subcampeones ocuparon la cuarta posición en el calendario regular de su grupo, pero en cuartos y semifinales derrotaron al Tors (quinto), y al Montpellier, líder.
Llamado El León blanco, Alonso mide 2.01 metros y tiene un notable poderío físico, lo que explota muy bien en el juego de la net y en los ataques centrales. Dichas cualidades le permitieron ser el mejor central de las Copas Panamericanas de 2018 y 2019.
En cuanto a las contrataciones ascienden a 36 los cubanos que incursionarán en equipos de 12 países, récords, pues nunca antes tal cantidad de criollos fueron llamados a militar en selecciones foráneas, con Francia como puntera con 12, seguida de Portugal y España, cuatro, mientras que Bulgaria y Rumania acogen a tres cada una . Ningún otro país tiene a tantos voleibolistas fuera de casa.
De igual forma, en Italia, Brasil y Hungría jugarán dos atletas per cápita, mientras que Rusia, Grecia, República Checa y Servia solicitaron el servicio de uno, aseveró la fuente.
Del total, 14 son del sexo femenino, varias del equipo élite nacional que, junto a sus coterráneos, buscarán conocimiento y fogueo, necesarios para los compromisos oficiales de Cuba en el futuro inmediato, como Juegos Centroamericanos y del Caribe, Panamericanos, Mundiales y la Olimpiada de París-2023.
La pandemia de la covid-19 obliga a los nacionales a buscar áreas donde puedan continuar desarrollándose, pues en los últimos años el voleibol antillano ha naufragado en sus intentos de salir por la puerta ancha en las principales justas, sobre todo en la rama femenina, pues el relevo de las legendarias Morenas del Caribe ha dejado mucho que desear, mientras que los hombres transitan por similar camino.
La incorporación al país de varios jugadores que lo hicieron de forma independiente, como el central Robertlandy Simón, aportan al equipo de lujo fortaleza y experiencia.
