Hace más de 60 años Carilda Oliver Labra, entonó su pluma y nos regaló un canto legendario, a la altura de una figura de la talla de Fidel Castro Ruz.
La novia de Matanzas se inspiró para escribir su contundente poema “Canto a Fidel” cuando leyó la revista Life, donde se daba a conocer que el jefe de la expedición del yate Granma estaba vivo, mérito principal del citado reportaje. Corría entonces el año 1957.
“Canto a Fidel” fue el único poema que logró burlar la censura batistiana y llegar a los campamentos rebeldes. La autora entregó el Canto a un hombre joven, su nombre de clandestinaje era Rolando, estaba quemado en el llano y tenía que alzarse. De su propio puño y letra se lo copió para que lo llevara en las botas y jamás volvió a saber de él.
Al triunfar la Revolución vino a Matanzas el capitán René Pacheco Silva y le contó que cuando fue ayudante de Celia Sánchez, llegó a la Sierra un compañero con un encargo: el Canto que él mismo estrenó a través de las ondas de Radio Rebelde en 1958.
Sobre “Canto a Fidel” la poeta confesó que escribirlo era como jugarse la vida y así tenía el propósito de contribuir a la lucha. Muchos poemarios vieron la luz después en la calzada de Tirry 81; pero la poeta no volvió a escribir un verso dedicado a Fidel, no hizo falta pues su canto se convirtió en la voz de todo un pueblo.
Gracias por ser de verdad, gracias por hacernos hombre, gracias por cuidar los nombres que tiene la libertad… Gracias por tu dignidad, gracias por tu rifle fiel, por tu pluma y tu papel, por tu ingle de varón Gracias por tu corazón, ¡Gracias por todo Fidel!