Derroche de alegría y emociones experimentó el laureado fotorreportero Ramón Pacheco Salazar (Villa Clara, 1954) al constatar personalmente cuánto significan él y sus imágenes para el presente y la posteridad, resaltado por encumbrados colegas del lente y en el uso de la pluma durante la apertura de la exposición que desde este martes abrió al público en el Museo del Arte de Matanzas.
La muestra El Arte Fotográfico, de este maestro cuyas descriptivas estampas de personas, lugares, hechos y momentos trascienden más allá de lo material y espiritual para convertirse en recuerdo imperecedero, hacen reflexionar e incluso sus pasajes ofrecen la idea y el concepto de volver a vivirse y sentirse trasladado a esos instantes, además de ser captado por su flash y acierto profesional.
La exposición propone una mirada retrospectiva a su creación, con motivo de las merecidas distinciones que él recibió recientemente, como el Premio Provincial de Artes Plásticas-2022, otorgado por el Consejo de las Artes Plásticas del territorio, y el Premio de Periodismo Bonifacio Byrne, por la obra de la vida en el sector de la prensa a igual instancia, a consideración de la Unión de Periodistas de Cuba.
Como precisa la curadora Yamila Gordillo Rodríguez, esta entrega es un homenaje a la experiencia profesional del artista visual y fotorreportero del Periódico Girón, labores que se imbrican en su fotografía artística desde el singular uso de diferentes técnicas y procedimientos, como el collage, el fotomontaje, la solarización y la fotofrecuencia, en imágenes en blanco y negro, reveladas en plata sobre gelatina, en sus impresiones digitales a color, instalaciones o video-arte, que validan su admirable hacer como documentalista de la realidad inmediata.
Resultó reconfortante escuchar de varios de sus acompañantes, como Juan Seguí, Adversy Alonso, Ernesto Cruz, Ernesto Millán, Alejandro Baró y Julio César García, así como de las experimentadas periodistas María Elena Bayón y Ana Valdés Portillo, halagos y reconocimientos, pues varios de ellos hallaron en el exponente al profesor adecuado y oportuno para esta carrera, sin que faltara no pocas veces el preciso “regaño” para recapacitar y tomar la imagen segura y beneficiosa.
En Pacheco, presente como fotorreportero en la epopeya de la República Popular de Angola, o en labores profesionales en Alemania, Suecia, Nueva York y España, etc., se suman estilos y conocimientos que solo una larga trayectoria sería capaz de aunar en un hombre capaz e inteligente, además de humano y familiar.
Su sonrisa, franca, sin que falte, con sencillez y modestia, la rectitud para reprobar lo mal hecho en lo personal y ajeno, como muestra de que la enseñanza comienza por lo personal.
Gracias Pacheco por esta exposición que resalta tus valores humanos y profesionales, y la inquietud de querer ser siempre mejor fotógrafo, como se expresó al inaugurarse la nueva puesta: la real imagen de un maestro del lente de la actualidad.