Después de un día cuando una llovizna acentuó los grises de la ciudad y una noche en la cual en los charcos se refleja el naranja del alumbrado público; un día donde parecía que el agua iba a ser protagonista y espanto, se llenó de luz, luz martiana.
Este viernes 27 de enero, como sucede hace más de seis décadas, se realizó la marcha de las antorchas para iluminar la víspera del nacimiento del Apóstol.
Con la presencia de las principales autoridades políticas y gubernamentales de la provincia y estudiantes de diferentes enseñanzas, el alma primigenia de este homenaje, aquellos que desfilaron bajaron desde las inmediaciones del Parque René Fraga hasta el de la Libertad.
Durante la marcha,los vecinos se asomaban a las puertas, balcones o azoteas para contemplar el espectáculo luminiscente.
En la estatua del Maestro enclavada en el Parque de la Libertad, se le colocó una ofrenda floral, para que sepa que no lo olvidamos, que no podemos olvidarlo, porque sería como olvidar una parte de nosotros.
«Martí vive, vive entre nosotros. Su antorcha es nuestra antorcha», expresó el presidente de la FEU provincial en el pequeño acto con que concluyó la actividad.
