En zonas de nuestra provincia, el más afamado de todos los rancheadores fue José Pérez Sánchez y Pomares, con una zona de operaciones que abarcó las Alturas Habana-Matanzas.
En las elevaciones de El Espinal (actuales Lomas de Galindo), el 29 de junio de 1832 detectaba dieciséis esclavos armados con machetes. El día 7 del siguiente mes, en unión del capitán pedáneo de Corral Nuevo, encontraba catorce fugitivos que se resistían con igual arma blanca y a pedradas. El 4 de mayo de 1844 logró capturar a Urbano, quien se declaraba segundo jefe de un palenque. Todavía hay noticias de sus operaciones en 1867 por las zonas de El Pan, El Palenque y El Espinal.
Como atestiguan viejos legajos (materias cimarrones y sublevaciones), conservados en el Archivo Histórico matancero, Pérez Sánchez persiguió con ahínco durante años a los esclavos que optaron por huir del látigo hacia bosques, cuevas y elevaciones. Los palenques, aunque de existencia limitada, constituyeron pequeños territorios liberados.
(Por: Adrián Álvarez Chávez)
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