Arletys Veunes: El oficio de recontar la historia. Foto: Del Autor
En las pasadas Romerías de Mayo tuve la oportunidad de reencontrarme con una compañera de estudios de la Universidad de Matanzas, hoy convertida en una documentalista con presencia en la televisión nacional y los cines del país.
La colega Arletys Veunes Toro presentó su audiovisual La vida es un sueño sobre la trayectoria artística de Arsenio Rodríguez, más conocido como el Ciego Maravilloso. Un material que rescata la historia de quien fue considerado un genio de la música y que muestra además la madurez profesional alcanzada por su directora.
Además de ponernos al día, aproveché para preguntarle sobre su trabajo y los nuevos proyectos.
—¿Cómo fue que te decidiste por la realización audiovisual?
—Reconozco que ya me había interesado otras veces por la realización audiovisual. En la facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana había participado ya en el Festival 60 Segundos en el que gané una mención, y creo que eso también fue dándome señales de que ese era el camino a seguir. Aunque todo viene de muchas inspiraciones.
“Cuando estaba en segundo año de la carrera un amigo nos dice a mí y a otra muchacha que estudió conmigo la carrera de Periodismo que ofrecían un curso de realización audiovisual impartido por el director de arte cubano Asiel Babastro y nos propuso que participáramos.
“En un primer momento decidimos probar, ver qué tal estaba y conocer ese ambiente, pero inevitablemente aquello despertó nuestro interés por el audiovisual, que a la larga es una vía más para transmitir ideas e información.
“Nos embullamos tanto que juntas preparamos una campaña de comunicación de prueba para el corto que haríamos al final del curso, y el día de la grabación del mismo aquello fue espectacular, sentí esa sensación de tener que volver a vivir esa experiencia la mayor cantidad de veces en mi vida.
“El director del curso nos propuso que trabajáramos con él como asistentes de dirección y producción, entre otras tareas, y eso me permitió aprender mucho. Además, ese primer videoclip en el que participé, que era de los artistas Issac Delgado y Gilberto Santa Rosa, titulado El que siempre soñó, fue maravilloso y basta con ver el resultado para entender cuánto trabajo y empeño dedicamos a su realización.
“Pero por encima de todo, en ese momento aprendí que todo era posible y que en ese mundo un factor importante era soñar y ser capaz de materializar esos sueños y atravesar los límites de la imaginación. Por eso desde ese día tuve bien claro lo que quería hacer para mi tesis de licenciatura”.
—¿Cómo fue vivir la experiencia del estreno de tu primer documental?
—Primero que todo quiero aclarar que estrenarme como documentalista fue un atrevimiento total, fue espantarme los miedos y decidir echar para adelante sin tener realmente claro cómo iba a terminar todo.
“Ya había realizado en la carrera un corto documental de 10 minutos sobre los deambulantes con el que estaba satisfecha, pero no se compara con realizar un material de media hora, con investigación y producción superiores en todos los sentidos.
“Incluso, reconozco que en un primer momento no me sentía preparada para asumir el reto, pero yo siempre he sido ese tipo de persona que cree que hay que caerse unas cuantas veces para aprender a hacer las cosas bien, así que le puse cuerpo y alma a materializar mi idea.
“Recuerdo que en la carrera me dijeron que iba a ser muy difícil que alguien me pudiera facilitar un presupuesto para grabar y que era mejor que lo filmara con el teléfono, aunque quedara en un formato minimalista, pero yo no me conformaba con eso.
“Entonces tuve la suerte de que se cumpliera el 110 aniversario del nacimiento de Arsenio Rodríguez, que era la figura central de mi documental, y el canal Clave, de la televisión nacional, tenía preparada toda una campaña de comunicación en torno a su figura y fue como si todos los planetas se alinearan.
“La grabación se realizó con un equipo reducido porque estábamos en medio de la pandemia de la covid-19, todo era atípico, teníamos que llevar nasobucos, no podíamos acercarnos demasiado a los entrevistados e incluso fue complejo convencer a muchos de ellos para que participaran debido al miedo al contagio.
“Lo que me salvó fue el amor que le profesaban a Arsenio Rodríguez todas las fuentes que seleccionamos y eso a la larga pudo más que todo. No querían darnos la entrevista, pero por una cuestión de amor al legado de la persona a quien iba dedicado el material, tenían la obligación.
“Hablamos con músicos, musicólogos, familiares, estudiosos o personas que simplemente continúan defendiendo la obra del Ciego Maravilloso, y al final todos me dijeron que sí, que el resultado de un proyecto como el mío valía la pena el riesgo”.
—¿Qué te motivó a investigar sobre la figura de Arsenio Rodríguez?
—Yo nací en Güira de Macurijes, el mismo pueblito de la provincia de Matanzas donde nació Arsenio y por eso desde pequeña oía constantemente las historias sobre su vida y su música, pero nunca fui totalmente consciente de cuán importante había sido para la cultura de nuestro país.
“Cuando voy a estudiar para La Habana y me presento ante algunas personas, se volvió recurrente que reconocieran mi pueblo natal por la figura de Arsenio y entonces comienzo a atar cabos y es que descubro el alcance mundial de su obra y todos los aportes que realizó a la música cubana.
“Le recomiendo a todo el mundo, no solo que vea el documental, sino que investiguen y que busquen las canciones del Ciego Maravilloso para que comprueben por sí mismo cuánto hay de su impronta en los sonidos y ritmos que disfrutamos en la actualidad”.
—¿Qué otros trabajos has realizado y qué nuevos proyectos te atrapan?
—Como ya te comentaba, en la carrera trabajé en un reportaje sobre los deambulantes que fue publicado en Cubadebate y luego se convirtió en un radio documental y más adelante en un corto audiovisual, que se expuso a los estudiantes de la facultad de Comunicación como ejemplo de trabajo de curso de la cátedra Santiago Álvarez.
“Casi en paralelo con el documental de Arsenio Rodríguez trabajé como asistente de dirección y productora general de un material dedicado a otra matancera, Celina González, la Reina de la Música Campesina. Además, he trabajado en un buen número de videoclips de músicos cubanos como Alexander Abreu, Issac Delgado, Pablo FG, trovadores, reguetoneros entre otros.
“Ahora mismo estoy en medio de otro proyecto de una cantante de los años 50, porque me interesa mucho la historia de la música cubana y sobre todo rescatar la vida de estos artistas que tanto contribuyeron a que nuestros ritmos alcanzaran un carácter universal. Pero no diré más que eso.
“De momento, quiero seguir creando y aprendiendo, siempre con la esperanza de que mis audiovisuales lleguen a la gente y que contribuyan a mantener viva nuestra historia, nuestra identidad y nuestra música”.