La sede Camilo Cienfuegos de la Universidad de Matanzas arribó el pasado 9 de mayo a su aniversario 51. Como las sucesivas generaciones que han estudiado y trabajado en su seno, la institución ha cambiado mucho desde aquel 1972 en que la educación superior daba sus primeros y agigantados pasos en territorio yumurino.
En épocas recientes, quienes hemos madrugado y hasta cambiado de transporte en el camino para llegar a ella temprano; o reforzado sus ventanas y luego limpiado sus alrededores de los embates de un ciclón; o empleado una fortuna, merienda tras merienda y año tras año, en las pizzas y cafés de sus quioscos; quienes de una forma u otra le hemos ofrecido parte de nuestras vidas en el eco de sus aulas; solemos echar de menos, cuando confluimos en diálogo, una imagen clara del pasado de nuestro centro de altos estudios.
La idealización del pasado es peligrosa hasta para el más racional de los nostálgicos. No obstante, cuando se contemplan los archivos fotográficos de la sede, queda la sensación de que, al contrario de las imágenes, la vida universitaria en aquellos años no transcurría en blanco y negro.
El pasado 9 de mayo deslicé este comentario sobre el tema:
Muchas felicidades en su Aniversario al centro de altos estudios más antiguo de nuestra provincia. Como uno de los cincuenta y siete mil, me siento parte de la casa que me acogió durante unos buenos cinco años de mi vida. Muchas felicidades a la Universidad de Matanzas. Más de medio siglo de fecunda vida y de parir profesionales en distintas ramas del saber. Sus aulas me cobijaron entre 1980 y 1985, de guajirito del interior a Ingeniero, de adolescente a profesional. Por avatares de la vida, he regresado a ella pocas veces, cada vez encuentro algo diferente, y busco, con nostalgia, alguna construcción, algún rincón, algún detalle, que me traslade a aquel tiempo. Por suerte, el busto de Camilo sigue dándome una cómplice bienvenida, con el sombrero puesto, asegurándome que muchas cosas no han cambiado y que esa sigue siendo mi Universidad. Felicidades a todos, profesores y graduados, estudiantes y trabajadores de servicio.