Inicia proceso de reparación en Puente Giratorio de Matanzas (+Video)

Quizá pocos matanceros hayan notado que hace cuatro meses aproximadamente los trenes no atraviesan por el puente giratorio. Esto les ha privado de una de las imágenes más singulares de la ciudad desde hace 119 años: contemplar a una locomotora cruzando el paso ferroviario sobre las aguas del río San Juan. 

En los últimos tiempos el azote del salitre, las indisciplinas sociales y la falta de un mantenimiento capital han provocado que la estructura sufra un avanzado estado de deterioro. Ello repercute negativamente en la economía de la provincia, como bien advierte Ángel García Guerra, director comercial de la UEB Ferrocarriles de Matanzas. “Ante la imposibilidad de utilizar el puente, los trenes que salen con cargas del puerto de la ciudad yumurina se ven obligados a desviarse casi 100 kilómetros por el vial Hershey-Jaruco, para poder acceder a la línea central”.

Fue creado a principios del siglo 20 y fungió como conector indispensable con la rada matancera, donde se distribuían las mercancías para enviar al resto del país. Por tal motivo, reviste gran trascendencia para el territorio, si partimos de la premisa de que la mitad del trasiego del comercio mundial se efectúa por vía férrea, superando ampliamente otras como la terrestre o la aérea. 

Este cierre ha encarecido considerablemente el costo en la transportación por ferrocarril, como sucede con el traslado de petróleo crudo mejorado desde el Supertanquero de Matanzas hasta la refinería Sergio Soto de Cabaiguán, en Sancti Spíritus, o el yeso suministrado por el Valle del Yumurí a la Fábrica de Cemento de Siguaney, también en territorio espirituano.

Ante la urgencia de rescatar la vitalidad de esta estructura ferroviaria, se solicitaron los servicios de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería (Empai) de Matanzas, con amplia experiencia en la actividad.

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Si bien sobre el puente giratorio ya no se escucha el habitual pito de las locomotoras, hace algunas jornadas en el lugar sí se aprecia un golpeteo incesante que retumba a metros de distancia. Se trata de los especialistas de la mipyme Cima, que desde bien temprano laboran allí, bajo la supervisión de la ingeniera civil Enia Díaz Nodarse, especialista en estructura de la Empai.

“Inicialmente se está haciendo una labor de limpieza, para determinar los puntos críticos de deterioro en la estructura y luego establecer el proyecto de reparación que buscará rescatar la capacidad portante y de uso”.

En los últimos años, destaca Díaz Nodarse, se han realizado inspecciones visuales, teniendo en cuenta el deterioro evolutivo y la falta de mantenimiento; la estructura presenta daños considerables que obligan a una intervención inmediata.

“Esta labor inicial nos permitirá saber en realidad cuáles son las pérdidas existentes en los elementos estructurales que pueden comprometer la vida útil del puente. La urgencia por acometer esta obra responde a la importancia de una vía de interés nacional, por donde entran y salen productos como el azúcar, el petróleo, entre otros”. 

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Una decena de hombres trabaja en los diferentes puntos de la armazón metálica. Golpean con fuerza cada porción donde prevalezca el óxido. El ruido insistente alcanza por momentos cierto ritmo sincopado.   

Las brigadas de la mipyme Cima son las encargadas de efectuar una limpieza profunda, que posibilitará determinar los puntos críticos oxidados por la corrosión y la exposición directa al salitre.

Esta entidad se especializa en trabajos verticales con técnicas de alpinismo. El martilleo incesante intenta retirar la herrumbre de la base metálica, “trabajo fatigoso”, como advierte el joven Yusbel Martínez Fleites, integrante de la empresa. 

Desde una de las riberas del San Juan se observa a estos obreros a varios metros de altura, sostenidos por arnés. Al peligro de la altitud se suma el óxido, que se puede convertir en un arma filosa que deja heridas en la piel como la que muestra en su rodilla Yusbel.

“Nosotros estamos ayudando a hacer una evaluación técnica, y hemos encontrado un estado de oxidación avanzado, sobre todo en las uniones y la base. Limpiamos todo el óxido viejo para determinar si no hay fisuras o fatiga en el metal. El trabajo es bastante fuerte, todo el día dando martillo a veces en posturas incómodas, pero tenemos la experiencia necesaria”.                              

Tras retirar la materia extraña, arrojan agua a presión desde un vagón-cisterna con capacidad para 60 mil litros. Esta técnica, conocida como hidroblasting, responde al principio hidromecánico de atomizar el agua a altas presiones para desincrustar elementos en cualquier tipo de superficie.

La especialista Díaz Nodarse explica que existen otras técnicas de abrasión para la limpieza de estructuras metálicas, pero no se emplean en el sitio por resultar contaminantes.

“El diagnóstico está a un 40 %, existen puntos críticos, nos hemos topado con bastante oxidación. Antes de reparar hay que reforzar, para evitar un fallo de la estructura general”, puntualiza.

Al tratarse de un símbolo matancero de gran significación arquitectónica en la ciudad, se trabaja muy estrechamente con el Centro Provincial de Patrimonio, como comenta la especialista. “Al intervenir una estructura de este tipo se debe contar con una serie de permisos, dado el grado patrimonial del inmueble”.  

Algo que corrobora Mayra Hernández de León, directora de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, entidad encargada de velar por el cumplimiento de las normas y regulaciones establecidas durante la intervención en un puente centenario de gran valor patrimonial.

Una vez realizado el diagnóstico y limpieza, se espera sustituir elementos altamente afectados por la corrosión de los cordones inferiores y algunas diagonales, la sustitución de todos los arriostres inferiores y superiores, así como la reparación de nudos y de vigas longitudinales y transversales, entre otras acciones. Estas contribuirán sin dudas a extender la vida útil del puente.

El transitar de las locomotoras sobre las aguas del río San Juan tendrá también una carga espiritual, porque se trata de una de las escenas más llamativas de la ciudad y ha formado parte de la vida de los matanceros durante más de un siglo. (Fotos: Del autor)

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

1 Comment

  1. Buen trabajo, Arnaldo. De hecho, lo repliqué en nuestra página de 26. Solamente por las fotos, ya mereces estimulación. Solo que me hubiera gustado que hablaras sobre esa función giratoria que tenía originalmente y que, tristemente, se ha perdido. Igual que el de Varadero: se levantaba para dar paso a embarcaciones altas, pero ambas cosas, la singularidad de los dos, sobre todo el yumurino, están perdidas hace años. ¿Habré soñado mi ciudad, Arnaldo? A veces no la reconozca.

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