El nombre de Erlys Pennycook Ramos se consolida desde hace algunos años dentro del mundo de la belleza en Cuba. Ella a fuerza de creatividad, superación y resistencia ha allanado el camino para dotar a la comunidad afrodescendiente de recursos que les permitan defender su cabello natural y reivindicarlo también como símbolo de belleza y descolonización.
Qué Negra, la línea de cosmética natural que creó en 2018 se abre paso desde entonces en el mercado cubano como un emprendimiento diferente que apuesta por el cuidado del cabello afro y rizado desde lo natural. Quienes no conocen de cerca el funcionamiento de este proyecto pudieran pensar que los mueve únicamente el lucro; sin embargo, estos muchachos trabajan bien duro para aparejado al estilo que proclaman, desterrar estigmas sobre la cultura afro.
Quizás si algunas décadas atrás le hubiesen dicho a Erlys que sería una de las defensoras más tenaces del pelo afro, no se lo hubiese creído. Como tantas mujeres que se afanan en someterse a los tratamientos de belleza tradicionales ella también fue víctima de las quemaduras e infecciones provocadas por el derriz de potasa y durante 16 largos años llevó puesto los postizos, que como consecuencia le generaron una alopecia por tracción.
“Viví en Italia durante un tiempo y cuando tuve que regresar a Cuba me di cuenta que aquí era difícil llevar los cabellos naturales. Además, había mucho tabú con respecto a los pelos afro, pero no tenía otra opción porque me estaba quedando calva. Empiezo a experimentar con las plantas de mi jardín y fueron los primeros intentos de lograr un producto que nunca tuvo el propósito de convertirse en lo que es el proyecto hoy.
“Un día viene a la casa un amigo y al verme el pelo se asombra de cómo lo llevaba y le expliqué que ese tratamiento lo había hecho yo misma. Él no lo creyó y se llevó el producto para echárselo a su hija. Al día siguiente al regresar me dice que tenía que compartir mis conocimientos y en ese momento me doy cuenta de que mis necesidades eran las mismas de otras mujeres”, comenta Pennycook Ramos.
Así comenzó a visitar las comunidades más afectadas a nivel económico en Ciego de Ávila, su tierra natal, se acercó a las abuelas, enseñó a las madres a peinar a sus hijas, de manera gratuita. De esta forma la comunidad creció y llegó el momento en que se convirtió en un proyecto autosostenible, que dio pie a la creación de Qué Negra, una línea de productos para cabellos afro rizados.
A la par surgieron varios artículos entre ellos la crema ondas largas y la crema clásica, reparadoras para cabellos dañados y quebradizos; los geles de majagua y marpacífico que aportan firmeza y estilizan los bordes; el tónico antimicótico, dedicado al cuero cabelludo graso, ideal contra la dermatitis seborreica y la caspa. A ellos se suman un energizante para el crecimiento que contiene los principios activos de trece plantas cubanas, junto con el aceite extravirgen de oliva para las alopecias leves; y una barra de champú sólida que no contiene parabenos, conservantes, ni sales.
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“Somos dependientes de la flora cubana, utilizamos alrededor de 20 especies que son seleccionadas, lavadas, procesadas con períodos productivos larguísimos porque trabajar con elementos naturales requiere de los tiempos de la naturaleza y es bastante fatigoso, pero el resultado es genial.
“Emplear nuestras plantas te quita la dependencia de la importación, la no toxicidad de los productos con respecto a otros. No somos una fábrica, no hay nada industrializado, todo es artesanal, manual, porque le aportamos esa dosis de amor que la máquina no da y también porque eso les permite a mis colaboradores conocer de dónde sale lo que utilizan y cómo se hace. Por eso somos constantes publicando videos para mostrar a las personas cómo tratar sus cabellos y cómo usar la flora cubana cuando no puedan acceder a Qué Negra”.
El no utilizar aditivos nocivos, tóxicos o alcalinos los distingue y le ofrece confianza a la línea dedicada fundamentalmente a las niñas, de ahí la ética extrema y la profesionalidad en la elaboración de estos lotes.
“Qué Negra tienen un objetivo social bien fuerte y es ayudar a todas las niñas que necesitan estar orgullosas de sus cabellos para combatir el estigma de la discriminación, de que si no tienes el pelo lacio tienes un futuro peor, el señalarlas con el dedo y el derecho a imponerse en la sociedad con su naturaleza, con su huella genética que no significa que estes desaliñada.
“Es muy triste ver a niños de cinco años llorando porque tienen quemaduras porque son obligados por sus padres a lacearse para que vayan arreglados a la escuela, eso es abusar de los pequeños que no tienen la oportunidad de elegir.
“Todavía hay estilistas y peluqueros que niegan el servicio a los afrodescendientes. Tenemos muchachas que quieren llevar su cabello de forma natural en los 15 y cuando van a tomarse las fotos se lo lacean porque todavía existe el estigma y ello crea situaciones de complejo de inferioridad, de autoestima, de bullying y nosotros también luchamos contra eso”, explica la líder de Qué Negra.
La calidad de estos productos ha hecho que los propios clientes les den publicidad y poco a poco se han extendido a todas las provincias del país, con un servicio diario, pues consideran que la comunidad afro rizada necesita atención debido a que ha sido olvidada por la industria cosmética.
“La mayor parte de la comunidad de Qué Negra ha hecho la transición del cabello laceado al rizo y nosotros les facilitamos ese proceso: el desenredo, la estilización, el brillo y la sustantividad, sin dañar la estructura capilar.
“En realidad, nuestro propósito no es puramente comercial, va más allá, trata de enaltecer nuestras raíces y eliminar los estigmas de discriminación que existen no solo alrededor de la piel negra, para que se entienda que el cabello afro es también un estilo de vida saludable”.