El joven atleta matancero asciende como la espuma en el deporte de la malla alta universal. Fotos: Cortesía familiar
Cuando con apenas 18 años cumplidos el matancero Alejandro Miguel González Rodríguez anotó 38 puntos como opuesto en un partido ante la sexteta de Egipto, en el Campeonato Mundial de Voleibol Sub-19, celebrado en Teherán, Irán. Quienes conocen de esta disciplina pensaron que se estaba en presencia de un talento extraordinario que sería figura universal.
El transcurso del tiempo demostró lo acertado del criterio, sustentado en que esa enorme cantidad de puntos constituye récord histórico y absoluto para un atleta de esta categoría, pues ningún otro lo ha logrado. Además, concluyó la campaña con 90 unidades anotadas.
Pocos días después, sin apenas reponerse del cansancio, defendió los colores del Pabellón cubano en el Mundial de Sofía, Bulgaria, para menores de 21 años, y quedó como tercer mejor bloqueador, con 23 paradas y devueltas a la cancha contraria, luego del belga Leninert Van Elsea (28) y el polaco Karol Urbanowicz (24).
Alejandro tiene 19 años, nació el 12 de marzo de 2003. Su estatura es de 2,08 metros, con 102 kilogramos de peso. Cuenta con una “saltabilidad” admirable para desempeñarse como central, pero también tiene opciones, y lo hace, como opuesto o auxiliar.
“Deseo mostrar la calidad de la escuela del voleibol cubano, de los valores que crea en nosotros, hembras y varones, y el nivel de voluntad y garra que poseemos. Mi pensamiento es mejorar aún más, es necesario para escalar a lo más alto: la élite olímpica y mundial. Es mi sueño desde que comencé en este deporte cuando tenía ocho años en el área especial de Peñas Altas, con el profesor José Luis Herrera.
“Pienso continuar adelante, mejorar en lo técnico y físico para concretar mis anhelos de incluirme entre lo mejor. Con mi actuación en el Mundial de Cadetes convencí de que tenía reales posibilidades, por lo que en la justa juvenil me dieron el visto bueno. Recuerdo que al regresar a Cuba la oferta estaba hecha para el Sada Cruzeiro, considerada la mejor Liga de Voleibol de América, y entre las mejores del orbe.
“Los entrenadores y dueños de clubes esperan mucho de mí. El objetivo es que me desempeñe como opuesto o auxiliar, debido al rendimiento que comenzó por el Mundial de cadete; pero si se necesitan cinco bloqueos por partido, allí me tendrán de central”, declaró quien tiene a su compatriota Robertlandy Simón como máximo ídolo y referente.
Surgido del Movimiento Deportivo Cubano, al que agradece cuanto es, transitó por la Eide Luis Augusto Turcios Lima, y representó a su provincia natal en par de Juegos Escolares Nacionales, con bronce y oro, respectivamente, así como justas nacionales juveniles y de mayores, cuando apenas salía de las filas menores.
“Etapa de suma importancia en mi desarrollo, guía del camino a seguir con mucha disciplina en general, incluido el estudio, por lo que estoy cerca de terminar la carrera de técnico medio de profesor de Deporte y Cultura Física, para luego proseguir hacia la licenciatura y niveles docentes más elevados.
“Nada sería posible hasta ahora si no fuera por mis padres, Nayda y Cándido Lázaro, y mis hermanos Nayla y Carlos Miguel, este mi segundo fan, el primero es el ‘viejo’, y las siempre palabras de aliento de Melisa, mi novia. Un ‘equipo’ cuyos remates son fuertes, para decir de alguna forma cuanto me aportan en el crecimiento deportivo”.
Luego de este, digamos, descanso de la carga principal del trabajo, Alejandro Miguel regresa a su andar internacional, como el de Costa Rica, con apenas 14 años, su primera salida del país. “Un NORCECA. Lo que significaba tener que darlo todo en la cancha, como siempre lo hago, pero era mi debut, y estaba el prestigio de Cuba. Ganamos, como en otras justas, aunque ninguna como aquella, fue tremendo vencer y el regreso”.
Retomamos el tema del Sada Cruzeiro. Indagamos por qué no se halla en las filas del principal equipo. Claro, justo es consignar que nuestro protagonista, reconocido por sus potencialidades para el deporte de la malla alta, aún transita por la categoría juvenil, y que las estrellas principales superan los 23 o más años de edad, igual a un mayor acumulado de conocimiento y experiencia en las principales Ligas y competencias.
Existe mucho interés en el Sada por este talento del voleibol cubano. De él surge esa potencialidad que gradualmente lo incorporará al equipo mayor, donde militan cubanos y voleibolistas de otros lugares.
“A pesar de no debutar en el conjunto principal, por lo menos desde el inicio formé parte de una de las organizaciones de mayor prestigio y profesionalidad. Me acogieron muy bien, gracias a todos los compañeros de equipo. Siempre me han tratado de integrar con mucha confianza y apoyándome en el entrenamiento.
“Obtuve medalla de plata en la segunda división, con el Uberlandia-MG Praia Club, equipo sucursal del Sada, por lo que en mi próximo arribo a Brasil pudiera ascender. Depende de cómo lo consideren, pues solo pueden contratar a dos extranjeros por sexteta. No hay que apurarse, se llega si se es disciplinado y con cualidades suficientes”.
En estos momentos Alejandro Miguel se prepara para el Torneo NORCECA Sub-19 (masculino), que se desarrollará en la Ciudad Deportiva de La Habana, del 1.o al 9 de octubre próximo.
“Solo consagrado al voleibol lograré mi sueño olímpico, mundial y de estar en el Sada Cruzeiro grande u otro equipo de la élite. Lo que se ama se defiende”.