La “obsesión” de contar historias

Colectivo del periódico Girón, encabezado por su director, Ayose Naranjo, analizando la cobertura del incendio en Supertanqueros.

La taza de café sobre el escritorio de la computadora y un documento de Word en blanco es la señal de que hay que imponerle disciplina al acto de escribir. El paso previo fue agotador: recopilación de materiales, entrevistas, descripciones de ambientes, la engorrosa transcripción de horas y horas de audio.

Entonces, el periodista está ahí, en ese momento donde la página aún está en blanco porque falta el análisis, el qué omito y qué agrego. El cuál será el gancho del inicio y la joya para el cierre.

Junto a la taza de café, vicio de la profesión, y el documento de Word, Ayose Naranjo escribe y edita, cambia adjetivos en cada relectura hasta encontrar el adecuado y busca la disciplina que necesita delante de la PC para narrarnos un paseo costumbrista por la calle Narváez o un monólogo profundo con un personaje de nuestra envejecida Cuba que desgarra realidad en cada línea.

Ayose oxigena sus textos con la magia de la narrativa precisa. Seguro que ha leído a Walt Whitman en ese poema que habla de no abandonar las ansias de hacer de la vida algo extraordinario. “No dejes de creer que las palabras y las poesías, sí pueden cambiar el mundo”. Este joven periodista matancero sabe que las palabras pueden ser agentes del cambio y por eso como el poeta estadounidense está muy lejos de detenerse.

Navega por los géneros, pero prefiere escribir crónicas, porque ahí está el desafío. “Es un género tentador a partir de las concepciones, las modificaciones, las actualizaciones y las  fusiones a las cuales ha sido sujeta sobre todo en Latinoamérica en los últimos tiempos. Se ha convertido en una forma del arte. Cuando se hace bien, cuando se hace realmente periodismo llega a ser una manifestación del arte, una forma del arte en sí”, confiesa.

“La crónica integra muchísimos detalles y elementos del periodismo tradicional y actual, pero al mismo tiempo tiene que contarse como una historia. Tiene que ante todo emocionar, convencer, argumentar ilusionar. Convertir a las personas en personajes de la historia para que el trabajo supere los límites efímeros de los marcos temporales”.

En todas las profesiones existe un miedo colectivo, una especie de secreto a voces compartido por todos en el sector. Los periodistas, quieren, necesitan que sus textos trasciendan, no se escribe por ego, sino para el disfrute de otros.

¿Cómo hacerlo? “Creo que esto solo se logra a través de textos emotivos, textos bien fundamentados periodísticos, pero también con alto componente emocional y  narrativo. Por eso creo que la crónica es el vehículo y la vía para para lograr que un texto trascienda”.

“Contar una historia”, esta fue la primera motivación se Ayose para escribir. En teoría parece una idea sencilla, pero mucho se esconde detrás de esa fallada.

“Contar los hechos que a mí me gustaría leer como como consumidor”, presupone una exigencia férrea, un trabajo periodístico profundo, la exquisitez de los detalles y la paciencia necesaria para que la realidad emerja delante de tus ojos y así poder contarla.

Una entrada crónica, con un cuerpo de reportaje y un cierre al estilo entrevista, pareciera una locura, pero es parte de las tendencias actuales del periodismo, combinar los géneros y desatar la magia. “De hecho, a la crónica siempre la he visto como un híbrido entre lo actual y una investigación muy seria y profunda”.

Para el joven director de Girón hay preguntas básicas a la hora de asumir un trabajo ¿Por qué selecciono el tema? ¿Por qué quiero contarle esta historia y no otras? ¿Qué me afecta a mí de este tema? “Creo que a la vez que contestemos estas preguntas y nos autoimpongamos cuestionarnos nuestra  propia selección podemos aclarar el camino hacia donde debemos ir”.

Antes de lanzarse a perseguir una historia, Ayose, busca respuestas, intenta descifrar los porqués y cuál es la arista novedosa que impulsa y motiva lo que desea contar. En ocasiones se “obsesiona” con el tema y le provoca más de un desvelo.  

“Voy al lugar, intento estar en los escenarios, y repetir las visitas muchas veces. No me conformo con contar o abordar un tema  con números, cifras o transcribiendo lo que me dice la fuente”.

Recuerda como uno de los teóricos que impartía un taller al cual asistió decía que “la crónica es un ejercicio de la mirada”. Por eso, él prefiere estar en el lugar, interactuar con los entrevistados más allá de las respuestas al cuestionario.

“Muchas veces la información que se recoge en el trabajo de campo, en el reporterismo, son los elementos que al final enriquecen el texto, los que dan todos los detalle que necesitas luego para armar tu historia y darle giros narrativos o establecer conflictos”.

Ayose no solo regresa a los escenarios, sino también a sus entrevistados. Les repite las preguntas, hace comparaciones con las respuestas, triangula sus fuentes. “Las personas quizás en un primer encuentro te van a mostrar un personaje, el personaje, que  se tienen  creado o la imagen que ellas quieren transmitirte. No se muestran, no se exponen así mismo. Entonces lo que intento es quitar las quitar las máscaras y traer a la persona en la vida real”

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Desde el lente de Raúl Navarro le compartimos algunas imágenes del incendio en la zona industrial de Matanzas durante esta madrugada, horas antes de que sucediera la segunda explosión. Foto: Raúl Navarro/ Girón.

“En horas de la tarde una descarga eléctrica hizo impacto en un tanque de 50 mil toneladas de petróleo crudo, ocasionando su destrucción y un incendio de considerables proporciones en el área operativa de base en tierra de la división territorial comercializadora de combustible Matanzas (…) El Periódico Girón seguirá de cerca el desarrollo de esta noticia”.

Esta fue la primera noticia publicada en Girón en la tarde noche del 5 de agosto del 2022. Después de esta primera información se vendrían actualizaciones cada uno hora, luego cada 30 minutos,  cada 15, y después serían días enteros de información continua, de periodistas y fotógrafos cerca de las llamas y de todo un medio de prensa volcado en una cobertura sin precedente en el país.

“Las primeras noticias del incendio –cuenta Ayose- me llegaron prácticamente minutos después de que había comenzado porque casualmente tenía un fotógrafo del periódico en la calle. El me alerta de la fuerte cortina de humo, tan densa que pronto era visible desde muchísimos puntos de la ciudad”.

A partir de ahí, la movilización. De inmediato comenzaron a sonar los teléfonos, buscar las primeras informaciones y para confirmar el hecho y saber la magnitud. “Eso cambió nuestra tarde noche de ahí en adelante”

“De inmediato envío un periodista para el lugar de los hechos,  para que nos brindara información minuto a minuto de la magnitud que ya se podía prever desde ese entonces” continua narrando.

Comenzó una cobertura  sistemática y sostenida en el tiempo. “Las personas estaban sobre todo ávidas de conocer lo que sucedía adentro, cómo era, cómo iba a ser la evolución de este siniestro”. Pero la cobertura de Girón no solo fue a lo informativo, sino que también buscaron esa otra forma de contar, recopilaron experiencia y vivencias de  todos aquellos que día a día se enfrentaban al fuego, para así narrar la solidaridad y heroísmo que se vivió en la Base de Supertanqueros

“Creo que esto era imprescindible y una de nuestras más grandes responsabilidades como medio de comunicación. Más allá de contar el fenómeno era necesario contar las vivencias desde adentro, desde la zona industrial. Quisimos contar como se vivía también el sentimiento desde afuera desde una ciudad que estaba pendiente, que no dormía prácticamente. Desde el sentimiento este que nos unió en los momentos más difíciles y que colocó en el corazón de toda una ciudad, de todo un país a esa Base de Supertanqueros”.

Otra de las grandes prioridades- dijo- fue ubicar  casi de manera permanente a los fotógrafos en el lugar del incendio. “Este testimonio gráfico  fue esencial a la hora de  contar lo que sucedía en esos días. El talento de los muchachos que estuvieron ahí, tanto de los periodistas como de los fotógrafos estuvo en poner el alma en lo que hacían y por tanto se logró describir la proeza de estas personas, de estos héroes anónimos que realmente han hecho una hazaña sin precedentes de la historia de Cuba”.

¿Qué crees que nos faltó como medios de prensa en ese momento?

Nos falta experiencia.  Estas situaciones son poco comunes y  están espaciadas en el tiempo, por lo que nos falta experiencia. También está la ausencia de protocolos en los medios de comunicación para enfrentar este tipo de situaciones.

Cuando ocurren estos hechos, estudiamos las acciones que debemos hacer y que queremos transmitir, pero también necesitamos un protocolo que regule las pautas y las normas que debe seguir la prensa en situaciones de desastre. En estos momentos estamos armando esa guía en el periódico.

Además  la ausencia de recursos es algo que nos afectó muchísimo, es algo que nos afecta cotidianamente, pero en esa situación aún más.  Para realizar cualquier cobertura para realizar se necesita una producción responsable. Necesitamos una producción consecuente con la calidad que lleva el periodismo en los momentos actuales.

Transportarnos fue complicado y teníamos que inventar por diferentes vías. Aunque la ciudad se movilizó en función del hecho y nos ayudaron muchísimas personas. Por supuesto también el vestuario fue otra limitación. En los medios no existen determinadas reservas, por ejemplo de botas, que sería lo idóneo para esta para este tipo de situaciones. Creo que son cosas que por supuesto debemos superar previendo  situaciones futuras.

Colectivo del periódico Girón analizando la cobertura del incendio.

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¿Cuál es la agenda pública y la agenda mediática en Girón?

El equilibrio entre la agenda pública y la agenda mediática está dado en la efectividad hoy día para establecer en los medios en cuanto a los mecanismos de retroalimentación.  El periodista como parte de la sociedad en que se desarrolla puede analizar, plasmar, documentar  esa realidad en sus trabajos periodísticos.

Nosotros participamos en espacios comunes  y eso es un termómetro de por dónde anda la sociedad. Pero creo que hoy vamos mucho más allá de eso.

En el periódico hemos decidido establecer mecanismos de retroalimentación con muchísimas vías. Esto implica, por supuesto, el  entorno digital. Están los correos electrónicos,  las redes sociales donde las personas nos comentan,  pero también están las micro redes, por ejemplo Telegram y WhatsApp han sido vitales para la comunicación con nuestros usuarios.

En nuestro caso tenemos personas en la radiación digital que además están encargadas de hacer monitoreo en la web con el hashtag Matanzas como es lógico y el rastreo de contenido personalizado sobre lo que sucede en la provincia que a fin de cuentas es nuestra razón de ser.

¿Cómo se ha nucleado el equipo de trabajo?

Parte del colectivo de Girón premiado en el concurso que premia los mejores textos del 2022 en Matanzas.

No estaríamos ahora mismo donde nos encontramos con el proyecto de Girón sino fuera por  la entrega, por la dignidad, por la pasión que le ponen al oficio los periodistas, en  su mayoría jóvenes que integran el periódico.  Mi consejo de dirección no sobrepasa los treinta y seis años y así también sucede con los reporteros,  la redacción digital y el departamento de edición y diseño.

Pienso que se ha rejuvenecido el periódico y creo que ha sido un relevo necesario, imprescindible en una época donde se exige tanto llegar a diferentes audiencias en variados lenguajes.

Este núcleo de jóvenes ha aportado no solo al periódico impreso,  sino que  nos vemos como un multimedio. Está en nuestros hombros ese desarrollo multimedia. Muchas veces no tenemos computadoras o celulares,  sin embargo estamos buscamos el desarrollo por otras vías. El trabajo hay que hacerlo y depende de nosotros que así sea para hacer avanzar a Girón y posicionarlo entre los principales medios de Cuba y ojalá a nivel a nivel internacional.

Aunque son un equipo joven han sido premiados en eventos y concursos provinciales y nacionales. En el periódico promovemos que lleguen las personas que amen escribir, que disfruten contarle una historia y ante que disfruten el periodismo interpretativo e investigativo.

“El periodismo nunca ha sido un oficio que genera grandes ganancias, de hecho, no genera casi ganancias”, reconoce Ayose.  “Es una profesión de mucho sentido de pertenencia, de mucha pasión”. En vez de detenerse, este periodista se levanta cada día y ante la hoja en blanco revienta nuevas formas de contar sus historias, de ser sensible y profundo, de no engañarse con el autoplagio, para así seguir ejerciendo “el mejor oficio del mundo”.

(Por: Karina Rodríguez Martínez)

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Sobre el autor: Cubadebate

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