Teatro callejero, un río que nos inunda

La joven actriz Leinys Cabrera recibió recientemente el premio de actuación Adolfo Llauradó en la categoría de Teatro Infantil.

Cuando se desarrolle la Jornada de Teatro Callejero en Matanzas, del 12 al 16 de abril, se realizará uno de los más significativos acontecimientos de las artes escénicas y de la cultura en la ciudad.

A este evento, creado por Albio Paz y que prosiguió otro fundador, Francisco Rodríguez Cabrera (Pancho), le ha dado continuidad Rodríguez Fernández, la joven directora de Teatro El Mirón Cubano. Esta agrupación auspicia la Jornada de conjunto con el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, con la participación de varios colectivos e instituciones.

La población matancera espera La Jornada de Teatro Callejero, porque invade el ámbito público, llega a nuestros barrios; se introduce con paneles, exposiciones y talleres en la intimidad de las instituciones; moviliza la ciudad con funciones, pasacalles, estatuas vivientes, en plazas como La Libertad o La Vigía. Con ritmo muy particular, seduce por la energía festiva de las diferentes tendencias y estilos, que asaltan al transeúnte en sus espacios cotidianos.

El callejero, como le dice el pueblo, transforma la urbe. Se inserta en su arquitectura, promueve diálogos con el público. En ello se mezclan lo danzario, lo circense, lo musical y, fundamentalmente, lo teatral. Se manifiesta como un signo de mixtura cultural que reivindica en muchas ocasiones lo perdido del carnaval, las tradiciones y fiestas populares.

Los pasacalles y la función más larga constituyen momentos esperados, en que cada una de las agrupaciones participantes presenta sus espectáculos; síntesis de esencias estéticas, jolgorio, indagación creativa, búsqueda de comunicación con la gente.

Los que hemos presenciado al callejero, desde su creación, somos testigos de instantes diversos que el contexto ha modificado y, por lo tanto, cada uno ha sido muchas veces diferente, aunque sus esencias y objetivos se han mantenido: defender el teatro y el espectáculo en sus múltiples formas, en espacios abiertos. 

La edición pasada estuvo con sus tropas en varios barrios de la ciudad. Fue una manera muy eficaz de ese contacto con el público, que nació de las experiencias de las Tropas en el Barrio Albio Paz, durante la etapa pandémica.

En esta ocasión se recordará la figura de Pancho Rodríguez, líder y fundador de Teatro El Mirón Cubano y del evento; el eterno Juan Candela; el protagónico de El viejo y el mar, metáfora íntima y colectiva que inundó calles y parques. Recordar a Pancho es una manera de rendirle homenaje a su fe y entrega al teatro todo, pero especialmente al callejero.

Nunca se deben olvidar sus aportes al teatro callejero cubano. Albio será el eterno Quijote. Pancho, el personaje que cuenta las historias de Onelio Jorge Cardoso y que lucha contra las fuerzas del pez, derrotado pero jamás vencido; Pancho, el que nunca dejó de reír.

Matanzas está lista para un contagio teatral, que como las aguas del río, siempre la inunda. Busque la programación y viaje por sus propuestas.

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Sobre el autor: Ulises Rodríguez Febles

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