Odio sin razón y de mala fe

Odio sin razón y de mala fe hacia Buena Fe

La maldad y el ensañamiento nunca tendrán justificación, algo que deberían tener muy claro las personas que deciden arremeter contra otras, porque supuestamente fueron víctimas de un acto semejante. Tal acción, más que un reclamo de justicia, representa una vileza total que muestra decadencia y rencor. Solo seremos mejores seres humanos si asumimos como antídoto contra el odio, el amor, la comprensión y el perdón. Y en este punto valdría la pena preguntarse, ¿qué daño le infligió el dúo Buena Fe a los violentos que les atacaron insistentemente en su más reciente gira por Europa?

¡Ninguno!, es la respuesta de quien posee una pizca de suspicacia e inteligencia para entender que el odio desatado contra esa agrupación musical responde a un guión, bien diseñado para ensombrecer el periplo europeo de una banda sin otro delito que escribir canciones.

Por supuesto que saldrá más de un listillo a intentar hallarle una explicación a semejante exabrupto, y como suele suceder, culparán a los agraviados de la propia violencia que resultaron víctimas. También podemos encontrar a quienes blanden, como miserable argumento para justificar tal violencia, que sus letras ya no son tan contestatarias como antes, que se olvidaron de aquella zanja de aguas albañales, o que su catalejo se empañó con el paso de los años, y ya no les interesa determinar de quién será la maldita culpa.

¡Puras patrañas! Quien tenga un mínimo de información reconocerá que todo creador va asumiendo diversas estéticas y temáticas a lo largo de los años. Pocas veces encontraremos un artista tan comprometido con su verdad como Israel Rojas, y el proyecto que representa. Esa, precisamente, ha sido su única falta: ser auténtico y consecuente en el reino de la inconsecuencia, la desmemoria y la falsedad.

A Israel no le pueden perdonar que decida permanecer en Cuba y defender el proyecto social cubano, solo ese motivo resulta suficiente para el empalamiento de los nuevos inquisidores de la sinrazón. Seres impresentables y carentes de neuronas que solo lograrán lanzar escupitajos a manera de argumentos.

Pobres los que a estas alturas naturalizan el odio entronizado en muchos pero que asume nuevas maneras, y alcanza su máxima expresión cuando un grupo de ¿cubanos? solicitaron una intervención militar contra su propio país. Alegarán, desde la más grande hipocresía, que lo sucedido hoy con Buena Fe es fruto del odio alimentado desde esta orilla ante los excesos cometidos a lo largo de la Revolución.

Es cierto que más de una vez el fervor impulsó a cometer injusticias, pero quien tenga el valor de afrontar la verdad, sacará la cuenta de que si bien aquí se lanzaron huevos a personas inocentes, solo contra los cubanos de la isla se cometieron actos terroristas, cegando la vida a demasiados compatriotas. Violencia que llegó, incluso, más allá de nuestras fronteras.

Incomprensiones existieron en los dos bandos, pero solo uno puso bombas y eliminó físicamente a personas inocentes, y hasta se vanagloriaban de uno de los actos más atroces cometidos en este hemisferio: la voladura de un avión en pleno vuelo. Resulta muy difícil para cierto sector de la Florida practicar la honestidad porque siempre omitirá esa cruel realidad. Nos acusan de los actos más abominables mientras le brindaban protección a asesinos confesos de miles de cubanos.

Israel Rojas difícilmente balbuceaba una palabra cuando los sucesos del Mariel, aún así, le achacan todas la culpas, y vale preguntarse: ¿acaso quienes acusan a Buena Fe son defensores de Posada Carriles? Porque nunca han tenido el valor de tan siquiera mencionar su nombre.

Cuba vuelve a ser víctima del odio más visceral que por momentos roza la irracionalidad. Ya han regresado la acciones de sabotajes instigadas por cierto sector recalcitrante de la Florida que logra extender sus tentáculos y crear alianzas con la España del extremista partido Vox. Hoy los odiadores logran transmitir su mensaje sin filtros desde sus plataformas digitales creyéndose influencers, cuando realmente son solo personas de escasa capacidad intelectual a pesar del fuerte financiamiento que reciben.

Los actos cometidos contra la agrupación cubana no resultan un hecho fortuito. Solo  consiguieron despertar la admiración hacia estos músicos por su gallardía, entereza y pasión por el arte, porque el odio siempre cegará a quienes lo practican, enfermándolos de tanto encono. En cambio, los nobles y buenos continuarán engrandeciendo su obra arropados siempre en el cariño de tantos que les quieren bien y se convierten en escudo donde se estrella el desamor y la mala fe.


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