Naturaleza en 3D en la Gruta del San Juan (+audio)

En la Gruta del San Juan los espectadores descubren verdaderas joyas naturales de Matanzas, Cuba y el mundo. Foto: Cortesía del entrevistado

Las proyecciones en tercera dimensión (3D) siempre cautivan. Esta tecnología marca el desarrollo de una sociedad capaz de hacer posible lo que antes parecía ciencia ficción. En el paseo de Narváez, de la ciudad de Matanzas, un grupo de espeleólogos convirtieron un viejo garaje en sala de 3D para mostrar ese mundo que a veces no logramos apreciar del todo, cegados por los avances tecnológicos. 

Paquetes audiovisuales como Bellamar, revelando secretos, Cuba, la otra dimensión, Fábrica de Cristal, Aragonito, entre muchos otros ayudan al espectador a ver con otros ojos la naturaleza.

El periódico Girón conversó con Esteban Grau, quien se encuentra al frente de la Gruta del San Juan, sobre la 3D en función de comunicar el patrimonio natural de Matanzas, Cuba y el mundo desde su experiencia de trabajo en el primer centro de este tipo fundado hace tres años en el país.

Esteban Grau forma parte de un grupo de espeleólogos y fotógrafos que cree en la fuerza de la 3D para hacer del mundo un lugar mejor. Foto: De la autora.

-¿Por qué apuestas por la 3D para dar a conocer el patrimonio natural?

-Por la fuerza de la imagen. Uno de los secretos: a diferencia de una foto convencional, se logra ver ocho veces con más detalle. Los fotógrafos jugamos con las luces y las sombras, en cambio aquí vale más la intencionalidad. Captar la profundidad del escenario y llevarlo a una pantalla hace muy real el espacio.  

“A partir del descubrimiento de nuevas galerías en la cueva de Bellamar, sentimos la necesidad de buscar una herramienta que acercara la realidad del lugar a las personas, pues si no apostamos por llevarla a los demás, nunca lo van a conocer y lo que no se conoce no se puede conservar”. 

-¿En qué medida su trabajo se acerca a la ciencia? ¿Lo considera ciencia, arte o entretenimiento?

-Tiene de los tres. Hay mucho de entretenimiento para el espectador y los creadores. Este es mi hobby, lograr lo más difícil, por ejemplo, captar un ave volando. Encontramos ciencia porque hay detrás un conocimiento de óptica y de configuración de imagen. Tiene de arte porque lleva composición e iluminación para 3D. Luego, para llevarlo a la pantalla se completa toda la técnica de edición, casi matemática, un día existirán algoritmos enfocados en eso, pero hoy lo hacemos con el conocimiento adquirido en la práctica. 

-Hacer una foto en 3D también exige técnicas diferentes. ¿Cómo lo logran?

-Son dos fotos. Hacen falta dos equipos con características idénticas que sincronicen a la misma vez, para captar un ángulo diferente del mismo espacio. Siempre creamos a partir de dos visiones. Tenemos dos ojos, por eso vemos profundidad, podemos calcular las distancias de los objetos a nosotros, por lo tanto la 3D imita la visión humana. 

“Esas imágenes después debemos perfeccionarlas, así el cerebro interpreta correctamente. Si no dice algo está mal y genera esos famosos dolores de cabeza, pues no entra en los códigos de visión preparados en el desarrollo de procesar la imagen.

“El espeleólogo italiano Antonio Danieli fue profesor nuestro, nos acompaña desde 2003. La 3D es muy cara, las dos primeras cámaras las donaron y ahí empezó la historia. Después el Centro Nacional de Áreas Protegidas nos ayudó con dos más modernas, con ellas dimos el salto de las primeras imágenes de aves. Gracias al apoyo de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre y de la propia compramos máquinas mejores, hoy tenemos seis configuraciones de cámaras con el fin de hacer diferentes temas de naturaleza”.

-Más allá de todos los recursos materiales que necesita el proyecto, lo distingue la pasión por querer influir en las personas en el cuidado del medio ambiente…

-Más que pasión, identificamos la necesidad de conservar el patrimonio natural. Somos responsables de nuestro pedazo de mundo. Lo principal de una especie es reproducirse, dejar continuidad. Entonces no le puedo dejar a mi hija un mundo peor, en todo caso igual o mejor. 

“Las velocidades del hombre de hoy, impuestas por la tecnología, muchas veces contribuyen a la destrucción. Nosotros podemos vivir sin una computadora, pero no podremos vivir sin el agua y el alimento. Somos seres biológicos y en este viaje nos acompañan especies y paisajes importantes porque nos hacen reconocernos como seres humanos. Para cuidar tenemos que mostrar. Identificamos esa necesidad, luego le pusimos ganas”.

-La mayor parte del tiempo está viajando tras esas imágenes para después mostrarlas en la gruta. ¿En esas aventuras qué ha sido lo más peligroso?

-En tanto viaje a la naturaleza uno corre riesgos. Hemos tenido experiencias fuertes en espeleología como quedarnos sin luz. Con 12 años fue mi primer incidente. Un amigo y yo tratábamos de ir a Las Nieves en Bellamar, y al llegar se nos cae la camiseta del farol. Nos quedamos a oscuras porque también se habían mojado los fósforos. Así caminamos casi unos 600 metros, ese momento nos ayudó a enfrentar el futuro. En ocasiones entramos a oscuras en los lugares conocidos para orientarnos, como especie de entrenamiento. 

“Durante la práctica de buceo se me rompió el equipo a más de 30 metros de profundidad, y lo resolví abajo en ese mismo momento, pues detrás de eso puede venir una complicación y dar al traste con la muerte. Esas experiencias nos ayudan a tener autocontrol. El entrenamiento es muy importante para conocer los problemas y saber cómo solucionarlos”.

-¿Qué impacto esperas que tenga este trabajo en las personas? ¿Qué falta por hacer?

-Si queremos conocer joyas de la naturaleza mundial, las tenemos aquí gracias al equipo La Salle 3D International Team. Somos un grupo de amigos de todo el mundo. Creemos en la capacidad de divulgar y hacer del mundo un lugar mejor. Nos compartimos las fotos, los materiales y la idea. 

“Lo fundamental es poder educar a través de esas instantáneas o videos. Mediante una buena foto llegar al alma de las personas, lograr cambiar conductas. Decirles: Esto existe, cuidémoslo. Una de las fuerzas de la 3D es el impacto en los niños. Lo que ven parece tan verdadero, incluso tratan de tocarlo. En ese juego comienzan a descubrir la maravilla que los rodea. 

“Aún nos falta mucho, sobre todo darnos a conocer más. Esa línea será nuestro esfuerzo mediato. Debemos estrechar más los lazos con las escuelas. Algunos estudiantes llegan hasta aquí con el fin de conocer la geografía de Cuba. También se trata de que no nos vean como una cafetería, un servicio que brindamos para poder sostener este proyecto. Hemos navegado en medio de una situación económica difícil y buscamos las estrategias adecuadas. Cuando esta sea la casa de todos, ese será el mejor día”.

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Sobre el autor: Anet Martínez Suárez

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