Fallece combatiente de la Sierra Maestra y del llano

Movimiento del 26 de Julio

José Martí escribió que el verdadero Héroe es el que sacrifica su heroísmo al bien de su Patria, por lo que al conocer sobre la obra y vida de Johen Fajardo del Toro, combatiente del Ejército Rebelde y de la Clandestinidad, fallecido en la madrugada de este lunes en la ciudad de Matanzas; se ratifica esa máxima, pues este hijo ilustre del histórico poblado de Baire se consagró hasta el último segundo de su existencia a la tierra que lo viera nacer.

Su hacer fue amplio, profundo, interesante y bello porque desde sus raíces campesinas y humildes se empinó hasta alcanzar la estatura, que solo los hombres obtienen al entregarse a las más nobles ideas patrióticas y revolucionarias. 

La niñez, adolescencia y juventud de Johen fueron etapas cruciales para su posterior pensamiento, tanto político como ideológico. La consolidación de sus ideas revolucionarias se manifiesta cuando decide ingresar al Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la clandestinidad y combatir en la Sierra Maestra.

Nació el 16 de octubre de 1937 en la citada localidad, municipio de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba. Hijo de Elpidio y Enma, de origen campesino, junto a sus tres hermanos conoció las privaciones de un hogar humilde. A los cuatro años perdió a su padre en un accidente, y la madre trabajó de conserje en la escuela rural No. 20 de la comunidad. Desde pequeño él y sus hermanos se dedicaron al trabajo agrícola, fundamentalmente a la siembra de maíz. Estudió en la escuela de Contramaestre hasta 6to. grado.

Demostró valor en la lucha armada y consagración a la nueva sociedad construida por la Revolución. Fotos: Cortesía de la fuente.

En 1957 se incorpora al Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la clandestinidad, en Contramaestre, en la célula al mando de Rigoberto Montaner y Ramiro Guerra, siendo detenido en dos ocasiones. 

Al Ejército Rebelde ingresó en 1958, en el campamento La Mandarina, del Tercer Frente Oriental Mario Muñoz Monroy. Deviene así combatiente de la columna No. 3, al mando del capitán Eduardo Cabrera Sánchez (Eddy).

Participó en el combate de Matías, por orden de Fidel, para reforzar las fuerzas de Juan Almeida. Luego en los de El Jigüe, Santo Domingo y Las Mercedes, bajo el mando del capitán Eduardo Cabrera y de Martín Borona. Participa, asimismo, en emboscadas, tiroteos en carreteras y poblados cercanos como parte del III Frente.

Combatió en la histórica batalla de Guisa, bajo el mando del Capitán Calixto García Martínez. Esta acción bélica marcó el inicio de la ofensiva final y abrió definitivamente la marcha del Primer Frente José Martí hacia el centro de la provincia oriental. 

En la columna No. 1, bajo el mando del Capitán Rafael Verdecía Benítez (Pungo), combate en Maffo, bajo el mando de los tenientes Raúl Escalona Rosabal y Francisco Reyes Arias (Paco).

Fallece combatiente de la Sierra Maestra y del llano
Sus condecoraciones (extremo derecho) las ganó en el frente de batalla, pero también fue fundador de la FAR, el Partido y la Asociación de Combatientes, además de internacionalista.

La reseña histórica sobre este patriota revolucionario, escrita por Norma Emilia Piloto León, presidenta de la ACRC 414, del barrio de Pueblo Nuevo, donde residía hasta su desaparición física Fajardo del Toro; refiere cómo él fue uno de los Barbudos del Ejército Rebelde seleccionados para partir, el 2 de enero, desde Santiago de Cuba hacia el Occidente del país, junto a Fidel y compañeros en la Caravana de la Libertad. 

Luego del Primero de Enero de 1959, día que se alcanza la definitiva libertad de Cuba, participa en las jornadas cruciales de la Crisis de Octubre de 1962 y en la Lucha Contra Bandidos. En 1982 forma parte de las fuerzas que capturan a los contrarrevolucionarios desembarcados por el puente de Bacunayagua. En su unidad especial es ascendido al grado de teniente coronel, con el que se mantuvo (R) hasta su fallecimiento. 

Johen fue ejemplo de hombre responsable, claro, honesto, amante de su hogar y buen padre. Sus compañeros de lucha, estudio y de trabajo siempre lo apreciaron y respetaron por su carácter y bondad, por lo que permanecerá entre ellos como ejemplo y recuerdo imperecedero de lo que es un soldado integral de la Patria.

Recordaba con orgullo la vez en que el Comandante en Jefe visitó su unidad de artillería –especialidad del finado–, y le preguntó:

 _ ¿Cuándo me vas a enseñar a tirar con los morteros?

 _ Ud sabe más que yo, le respondió amablemente Johen.

Fiel a sus principios, guiado por las enseñanzas de Fidel y Martí, es hijo digno de la Patria que defendemos. Johen será por siempre soldado de esta gran Revolución.

Su enorme historial servirá, además, como enorme y bello legado para que sus hijas Tania y Dania, doctoras en Medicina, sientan el sano orgullo de tenerlo como padre y rector de sus enseñanzas patrióticas y revolucionarias. Para que no sea jamás en vano cuanto mostró en lealtad este buen cubano, colmado de condecoraciones por su intachable actitud de héroe.

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