Postales Matanceras: El crimen de la niña Cecilia

En la noche del 22 de junio de 1919, la ciudad de Matanzas se estremecía ante la desaparición de la niña Cecilia Dalcourt Jaruco, de tres años de edad.

De inmediato las autoridades, con gran cobertura de prensa, propagan la noticia de su secuestro y asesinato por “negros brujos”, practicantes de la Regla Palo Monte.

Declaraciones obtenidas a base de torturas e intimidación hicieron confesar a José Claro y otros implicados, como autores del supuesto sacrificio ritual.

Otra versión que circuló, menos difundida, aseguraba que la pequeña había viajado al exterior con su progenitor.

Esto y mucho más aborda el libro sobre los sucesos, de la autoría del geógrafo, etnólogo e investigador Ernesto Chávez, publicado por la editorial Ciencias Sociales en 1991.

En este volumen el autor nos presenta su hipótesis sobre los hechos. Refiere que, en la noche de los acontecimientos, Cecilia visitaba a unos parientes en Tello Lamar, Río 47, y salió sola a la calle, se dirigió a la esquina de Ayuntamiento y bajó hacia Narváez; allí pudo caer accidentalmente al río San Juan, para finalmente ser arrastrada por la corriente hacia la rada.

A finales de la década de 1990, Mario Verrier, entonces historiador de la necrópolis San Carlos Borromeo de Matanzas, y el Dr. Ercilio Vento, llevan a cabo labores de prospección arqueológica y estudios antropológicos forenses en la sepultura de Cecilia.

Como resultado final, y para agregar más elementos a la leyenda, descubren que los supuestos restos no pertenecían a la niña, sino a un infante varón de meses. 

Lo cierto es que a más de cien años del trágico suceso, en la memoria histórica de la ciudad permanece el enigma del crimen de la niña Cecilia.

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Sobre el autor: Adrián Álvarez Chávez

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