Yass Beltrán, el sueño de ser artista

Pocos lo conocen por Yasmani, pero si decimos Yass Beltrán seguramente más de uno se ha topado con su nombre en los créditos de Tras la huella. A Matanzas vino hace poco y, entre ensayo y ensayo para una obra de teatro, nos contó un poco sobre su vida, desde su época de estudiante hasta los proyectos por cumplir.  

YASMANI LLEGA A LA ACTUACIÓN

“Ahora me gusta más la actuación, pero antes me gustaban el baile y el canto. No tenía conocimiento de qué cosa era actuar. En la escuela participaba en matutinos; lo que hace todo el mundo, doblar artistas, hacerme el cómico. Yo era deportista, tenía una preparación más física que actoral”, cuenta recostado a un asiento cerca del escenario del Biscuit. 

“Estaba en la secundaria básica cuando llega la convocatoria para las pruebas de la ENA (escuela nacional de arte) y me dicen, así literal: ‘Como tú eres medio gracioso, a ver si nos libramos de ti un día, ve a hacer esas pruebas’. Voy a hacerlas, pero antes se lo digo a mi mamá y todos en la casa se quedaron sorprendidos, porque soy de un pueblo de Ciego de Ávila, donde ser artista o cualquier cosa fuera de lo convencional es mal visto. 

“Pues nada, se me metió eso en la cabeza. Es como algo que uno tiene oculto; en mi caso, quería ser un deportista de alto rendimiento, piloto o artista de la forma que fuera. Cuando de chiquito me preguntaban ¿qué quieres ser cuando seas grande?, yo decía: ¡grande!”.

Yass se presentó a los exámenes mencionados, luego de amenazar a sus padres con que si no lo llevaban se iba solo. Entre más de 700 aspirantes de su provincia, y supuestamente desaprobado por una confusión con un nombre similar, se matriculó en la Academia de Artes de Camagüey, donde estuvo cuatro años y fue el único de la región central del país en continuar estudios superiores.

“Mi acercamiento no fue casual, sino causal, porque siempre lo quise, lo que nunca lo comenté con nadie y ya ves, un día me dieron la oportunidad. Creo que la suerte es eso, estar preparado para cuando te toque”.

EL TEATRO Y YASS

“Cometí un gran error cuando estaba en la ENA, por ignorante. Dije que yo era de los actores que había nacido para hacer cine o televisión, y mis maestros me tildaron de banal y de superficial, porque el teatro es muy necesario, es la base fundamental porque actúas. 

“En vivo no hay tiempo para la mala dicción, para una equivocación, es un hecho efímero, cada función es única; pero si te soy sincero, me gusta más la televisión y el cine que el teatro”, me dice a pesar de encontrarse ensayando una obra teatral, después de ocho años y querer interpretar algunas como Andoba y María Antonia, del dramaturgo Abraham Rodríguez.

“El teatro, como se hace en Cuba, da más dolor de cabeza que ganancia. Se hace, como decimos los cubanos, a pulmón y por satisfacción personal. Los actores que se decian a él tienen toda mi admiración y respeto, porque son gente que de verdad le ponen amor a lo que hacen”. 

TRABAJAR EN TRAS LA HUELLA

Para quien interpreta el personaje de Michel y ya comparte elenco con Omar Alí y Maykel Amelia, al comienzo su personaje fue gris.

“Es un personaje esquema, está preconcebido y defiende la línea de una institución, el Minint. Se trata de un personaje que en la medida en que los guionistas le vayan poniendo colores va a ser más vistoso. Al comienzo no lució, pero en los capítulos de la última temporada ya tiene historia.

“A favor tengo que Cuba cuenta con una tradición policíaca y el programa goza de popularidad. En contra, que llegué en medio de cambios en el elenco por el retiro de Roberto Perdomo y Omar Alí se encontraba rodando una película; era una ocasión de bache, donde los guiones no fueron los mejores, y mi entrada se hizo sin una previa historia del personaje. 

“A mi modo de ver, fue más pérdida que ganancia. Ya en la siguiente temporada el personaje empezó a lucir y yo a entenderlo; y lo otro, fue en un momento convulso a nivel social y político. Nosotros no somos policías, pero interpretamos personajes que sí lo son, y a veces las personas se confunden y trasladan sus sentimientos hacia un plano personal, tanto para bien como para mal”. 

Se acomoda en el asiento, ríe y dice: “Mira, yo soy un jodedor de primera, pero cuando estoy en un lugar donde nunca he estado y no conozco a las personas, me mantengo muy callado. Mi personaje de Tras la huella se perfiló como el tipo nuevo que es intrépido, muy serio y al que no le gusta perder el tiempo. Entonces, por ejemplo, aquí en Matanzas la gente para pedirme fotos se queda mirándome con mucho respeto, y tratándome de usted”.

EL SENTIDO DEL ARTE 

“El arte en general debe tener un mensaje social, porque el artista refleja su contexto, y cuando se habla de cultura se habla de todo aquello que ha sido creado por el hombre. Después de dos años frustrantes de pandemia y de tantos problemas sociales y políticos, creo que el arte tiene que ir como en los períodos de la Primera y Segunda Guerra Mundial; donde los temas tratados eran el amor, la felicidad, las buenas prácticas, porque si te pones a meter el dedo en la llaga es más de lo mismo. 

“Creo que hay que sentirse identificado. Los cubanos tenemos esa capacidad de criticar y reírnos de lo que más nos duele, pero la gente también tiene que ver cosas lindas, y salir optimista a la calle. No siempre estoy de acuerdo con las propuestas que son simplemente críticas, porque ya vivimos diariamente con eso. 

“Hay que dar un margen para reírse, para reflexionar, para ver los diversos aspectos de la vida; no todo puede ser qué mal está la cola del pollo, porque la misión del arte es mostrarlo, pero en colores”.

(Por: Laureen Batista, estudiante de Periodismo)

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