Pedofilia en Internet, alerta a la privacidad

Resulta alarmante el aumento de casos de pedofilia en Internet

La rabia, el dolor y la impotencia fueron sentimientos compartidos por quienes leíamos el pasado jueves, sin salir del asombro y la indignación, la denuncia de la periodista Yuliet Pérez Calaña a la amplia red de grupos pedófilos activos, sin el menor pudor, en Facebook.

Más de 150 de ellas fueron contabilizadas por la influencer y otros activistas, sin que esto le preocupara a Mark Zuckerberg o a su equipo. Este es el mismo grupo de asesores que, al aparecer, solo ha podido automatizar los bloqueos a “contenidos delicados” o palabras “ofensivas”; como si los cientos de grupos de Facebook que promueven abiertamente la pedofilia —y sus miles de seguidores—, que lucran con la imagen de niñas y adolescentes, no fueran un problema, uno muy serio.

Cuidar la infancia en estos tiempos significa también limitar la exposición de los infantes en estas plataformas, ante las constantes violaciones de las normas y la ingenua privacidad que prometen sitios como Facebook, Instagram o TikTok.
 

Estamos hablando de “comunidades” digitales establecidas, con mecanismos muy claros para obtener beneficios. Vender imágenes de niñas (y niños), publicadas en estas plataformas por familiares o amigos; robo de identidad; perfiles falsos y una impunidad que preocupa rodean estos grupos, en los cuales habitan también cubanos.

Hay comentarios imposibles de repetir, pero al menos dos enseñanzas nos dejan las más recientes denuncias a estas comunidades. La primera es la importancia de proteger la privacidad de nuestros pequeños, no solo en el espacio virtual, donde pululan desnudos o fotos hipersexualizadas y sugerentes; sino también desde casa, porque los pedófilos no solo “viven” y actúan en las redes.

Cuidar la infancia en estos tiempos significa también limitar la exposición de los infantes en estas plataformas, ante las constantes violaciones de las normas y la ingenua privacidad que prometen sitios como Facebook, Instagram o TikTok.

La segunda versa sobre la urgencia de generar leyes que tipifiquen los delitos en Internet, en especial los relacionados con la privacidad, los derechos sobre el cuerpo y la imagen, el acoso o algunas de las constantes violaciones experimentadas esencialmente por mujeres en dichos espacios. Llaman la atención entre estas, las manifestaciones de grooming —engaño pederasta—. Mediante la extorsión y el chantaje se accede a contenidos sexuales en imágenes o videos de las víctimas menores de edad.

Hablamos de un problema que crece, pues, según datos divulgados por medios internacionales, solo en 2013 se detectaron 13 343 contenidos de abuso sexual infantil en la red; cifra que para 2019 experimentó un aumento del 894,75 %, con un total de 132 730. Y no se trata únicamente de grupos en Facebook, sino también en Telegram y WhatsApp, plataformas donde ocurren los principales intercambios de materiales de pedofilia y pornografía.

Ya sabemos que de momento el equipo de Facebook prefiere mirar hacia otro lado; sin embargo, el hecho constituye una alerta imprescindible a las familias. Evitar que se lacere la vida de niñas y adolescentes en estas redes, así como actuar contra quienes manipulan, hostigan y lucran con la imagen de otros en Internet, depende también de esa responsabilidad.

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Sobre el autor: Lisandra Pérez Coto

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